La franquicia de Evil Dead siempre se ha caracterizado por ser genial. Bruce Campbell es un pateatraseros nato, el gore es espectacular, y la mezcla de horror, comedia y fantasía es una belleza. Pero de alguna manera, Steve Villeneuve logró quitarle todo lo cool a Evil Dead con su documental “Hail to the Deadites”, selección de Fantasia Fest 2020.

Según nos cuenta Villeneuve, un día salió a comprar el bluray del reboot “Evil Dead” de 2013, y se le ocurrió entrevistar a fanáticos. Okay. Y así surgió este documental, una supuesta carta de amor a los amantes de la legendaria trilogía de Sam Raimi.

Supongo que el objetivo de este trabajo era encontrar la razón del por qué tanta gente ama a las películas. Para ello, Villeneuve nos presenta a varios fanáticos hardcore de Evil Dead. Conocemos a una chava creadora de un sitio dedicado a las películas, un fan que viajó desde Italia para conocer al elenco, un cosplayer que supuestamente se parece a Bruce Campbell, y así nos vamos. El problema es que todos estos encuentros son inútiles y no te ayudan a comprender nada. Solo son fanáticos diciendo cosas como ‘amo a Evil Dead’, ‘me acuerdo cuando conocí a Bruce Campbell, fue muy emocionante’, ‘mira mi colección de figuritas’, ‘Evil Dead me cambió la vida’, y variaciones de eso. 

Me alegra que estas personas tengan una pasión tan fuerte, pero ¿por qué alguien querría ver un documental sobre ‘fanático aleatorio #3625’ de Evil Dead diciendo que le gusta Evil Dead?’. Francamente, “Hail to the Deadites” llega a ser patético, sobre todo cuando los fans comienzan a mostrarte sus rocas coleccionables del set de Evil Dead. No es broma. En más de una ocasión, sentí pena ajena viendo esto.

Hay un punto muy bajo que ejemplifica el desastre llamado “Hail to the Deadites”. En los primeros minutos del filme, conocemos a Kevin y Robyn, dos enamorados que comparten su amor por Evil Dead. Villeneuve nos muestra 10 dolorosos minutos de pietaje en donde estas dos personas explican su aburridísima relación, el cómo Kevin le propuso matrimonio a Robyn, y finalmente vemos su boda. Sin embargo, cuando finaliza el documental te encuentras con la siguiente joyita de texto: “Kevin y Robyn se divorciaron un año después de su boda”. Es hilarante y la perfecta analogía para explicar “Hail to the Deadites”.

El gran problema es la estructura. El documental está dividido en secuencias (mal editadas) que te dan a conocer a un montón de fanáticos. No tendría problema si fueran pequeñas cápsulas de Facebook en donde Juanito nos muestra su genial réplica del Necronomicon… pero éste es un documental, en donde no hay un hilo narrativo y no aprendes nada. 

La edición no tiene sentido, hay pietaje innecesario, y las explicaciones son deficientes. Hasta las entrevistas a Bruce Campbell son aburridas. Lo más triste es que nunca intenta ver más allá del fanático: es una colección de momentos sosos. “Hail to the Deadites” nunca debió haber sido un largometraje documental sino un canal de YouTube con videos de 10 minutos sobre amantes de la franquicia.