El director argentino Martín Kraut inicia su primer largometraje “La Dosis” con el intento de resucitación de una paciente en la Unidad de Cuidados Intensivos. Cuando un insistente enfermero llamado Marcos Roldán (Carlos Portaluppi) logra revivirla, es premiado con el antipático comentario del doctor: “Bien Roldán, va a vivir una semana más”. Al ver el sufrimiento de la mujer que salvó hace apenas unas horas, Marcos decide aplicar en secreto una dosis letal para acabar con su sufrimiento.
Marcos lleva trabajando 20 años en el mismo hospital y está cerca de obtener un ascenso. Es solitario, responsable y no le gusta salir. Es una personalidad opuesta a la del novato y nuevo compañero en la unidad, Gabriel (Ignacio Rogers), un chico animado, proactivo y preguntón.
Después del arribo de Gabriel, los número de muertes en la unidad comienzan a incrementar misteriosamente. No se necesita ser un genio para saber lo que está pasando. Gabriel tiene todo el perfil de psicópata: carismático, atento y manipulador, desde su primer día se asegura de ser servicial y poner a todos de su lado.
De esta manera, “La Dosis” nos presenta dos caras de la que parece ser la misma moneda. Marcos y Gabriel aplican la eutanasia a pacientes graves (y no tan graves), pero este último demuestra cierto placer al hacerlo. Pero, ¿cómo puede Marcos reportarlo si él ha hecho lo mismo? Así comienza un juego psicológico entre estos dos enfermeros. Gabriel es astuto e intenta poner a Marcos de su lado, pero no sabes con certeza qué está planeando.

El filme lleva un ritmo lento pero necesario para hacer crecer el suspenso. El entorno definitivamente ayuda en este rubro: Kraut te mete en la atmósfera fría y angustiante de un hospital, en donde el silencio es interrumpido por máquinas encargadas de mantener con vida a seres humanos.
Pero además de tocar el tema de la eutanasia, Kraut propone reflexionar sobre el sistema de salud. Sus ideas son más notorias en tiempos de COVID, cuando alabamos al personal médico, sin tomar en cuenta sus sacrificios. Marcos vive en soledad, es obeso, descuida su salud con comida barata y no tiene tiempo para hacer mucho de su vida más allá del hospital. Está preocupado por el dinero y está en constante búsqueda de un nuevo y más barato departamento. Para alguien que ha dedicado 20 años de su vida a la enfermería, es una injusticia. Y fuera del filme, esa desigualdad económica es una realidad.
Tengo un serio problema con “La Dosis”. La trama es fácilmente predecible… hasta cierto punto. La solución al problema propuesto por el filme es muy obvia, pero Marcos es demasiado tonto, y a causa de sus acciones tan estúpidas (y poco realistas) es que la historia te lleva por caminos extraños para dejar de ser predecible. Definitivamente no me gustó esta dinámica y la frustración llegó a sacarme completamente de la película.
Aunque su primer largometraje tiene algunas fallas, Martín Kraut entrega un filme psicológico con abundante estrés y un interesante dilema moral. Tiene suficientes elementos para generar una reflexión y de paso inquietarte.
“La Dosis” es uno de los filmes latinoamericanos que forman parte de la selección oficial de Fantasia Fest 2020.