En 2004 se estrenó de “The Notebook”, un melodrama amado por las audiencias pero no tanto por los críticos, quienes la acusaban de sensiblera y manipuladora, lo cual fue justo lo que el público amó de la historia (sobre todo ese conmovedor final). “Mi policía” (My Policeman), del director Michael Grandage, sigue la misma fórmula con resultados que satisfarán a los fans de los romances al estilo de Nicholas Sparks, pero que no aporta nada nuevo a la conversación.
La historia comienza cuando Patrick (Rupert Everett) un hombre muy enfermo tras sufrir una embolia, llega a vivir a casa de sus antiguos amigos, el matrimonio compuesto por Marion (Gina McKee) y Tom (Linus Roache), lo cual les hará revivir viejos recuerdos.
Dichos recuerdos (no es spoiler, porque sale en el trailer y gran parte de las sinopsis) son de cuando Marion, Tom y Patrick eran jóvenes (interpretados por Emma Corrin, Harry Styles y David Dawson, respectivamente). Tom y Patrick eran amantes, pero en esa época la homosexualidad estaba prohibida. Este amorío furtivo tuvo fuertes consecuencias para los tres, mismas que todavía los persiguen.
Aunque cuenta con un gran elenco, el guion de Ron Nyswaner (nominado al Oscar por “Philadelphia”) no desarrolla del todo sus temas y es extremadamente predecible, sobre todo en una supuesta revelación en el tercer acto. No le ayudó definitivamente que la publicidad de la película revelará que se trata de un romance homosexual, pues este elemento es mostrado ya avanzados 40 minutos de la película: en vez de ser una sorpresa para el espectador, este giro ya conocido hace a la primera mitad bastante floja, mientras esperamos que comience lo prometido.
La dirección de Michael Grandage tampoco logra sostener esta parte inicial, pues en ella (por cómo está construida la historia) se intenta engañar al espectador a través de un supuesto romance entre Patrick y Marion a partir de su afinidad por el arte y los museos. Sin embargo, no hay química entre ninguno de los tres en este acto: solo podemos ver una admiración mutua entre Marion y Patrick, y se nota que el amor que ella siente por Tom no es correspondido. Este último aspecto no sería un problema si la relación de éste con Patrick fuera un secreto y nos enteráramos más tarde, pero como ya lo sabemos y esta supuesta distracción dura como media hora, todo se hace tedioso.
Cuando comienza el idilio entre Patrick y Tom, la trama arranca y se vuelve mucho más disfrutable. Aunque Styles nunca logra vender al hombre burdo y macho que supuestamente es (de acuerdo a cómo lo describen los otros personajes), sí logra transmitir el lado sensible y vulnerable del personaje, y tiene una buena química con David Dawson. Cuando están juntos uno puede ver la pasión y el deseo que sienten uno por el otro, lo cual hace creíble la frustración de Marion, a quien ni siquiera puede ver a los ojos cuando tienen sexo.
Pero la verdadera estrella de la “Mi policía” es Emma Corrin, quien transmite a la perfección el sufrimiento de amar a alguien que no te ama de vuelta. Desafortunadamente, Styles es opacado por Corren en los momentos dramáticos, tal vez no de forma radical como le ocurre en “Don’t Worry Darling”, pero sí es evidente quién carga con el peso de la escena, en especial cuando se supone que Patrick genuinamente siente algo por Marion, algo que el actor jamás transmite.
La estructura de flashback no funciona mucho, sobre todo porque las partes del presente realmente no son lo suficientemente interesantes como para justificar su existencia. A diferencia de “Sueño en otro idioma”, película con una historia muy similar, este trabajo no logra balancear los acontecimientos actuales con los elementos interesantes del drama del pasado. Así como “La chica salvaje”, este es otro drama de época que cumple en el apartado técnico, sobre todo la fotografía de Ben Davis (“Eternals”), pero la historia se olvida fácilmente ni bien salen los créditos. No es una pérdida de tiempo, pero tampoco tiene algo especial, y varios de los temas sociales que quiere tratar se quedan por encima o son integrados de forma un poco torpe.
“Mi policía” es un trabajo cumplidor que se pasa rápido y es una buena opción para una tarde de descanso, no innova en el género pero es bonito de ver, cuenta con buenas actuaciones y su temática es lo suficientemente interesante como para mantenerte intrigado. Uno solo desearía que, con todo el equipo de gente talentosa en el proyecto, hubiera explotado al máximo su potencial.
“Mi policía” (My Policeman) ya se encuentra disponible en Prime Video. Imagen de portada cortesía de Amazon Prime Video.