“The Blazing World” inicia con una pieza de Tchaikovsky y termina con una canción de Panda Bear. Y es que el debut como directora de la joven Carlson Young (actriz en la serie “Scream”) es uno lleno de curiosos contrastes. No todos funcionan, pero hay energía y muchas ganas en cada cuadro. Es una historia de fantasía y terror; un cuento de hadas con elementos terroríficos y un destacado estilo visual.
La película abre en el jardín perteneciente a una gran casa. Un par de gemelas persiguen luciérnagas a la orilla de una piscina mientras mamá (Vinessa Shaw) y papá (Dermot Mulroney) pelean dentro de casa. De repente, un cuervo comienza a estamparse contra una pared y Margaret va a investigar. En un momento de descuido, su hermana cae a la piscina y muere ahogada. Cerca de la trágica escena, Margaret ve a un extraño hombre (Udo Kier) junto a un oscuro portal. Está gesticulando para que la acompañe.
Ahora adulta, Margaret (Carlson Young) vive con un terrible trauma, rodeada de dibujos macabros, obsesionada con libros de metafísica y teniendo pesadillas sobre aquel hombre del portal. Con todo este peso encima, Margaret regresa a casa de sus padres para ayudarles con la mudanza y aquí es arrastrada a un mundo fantástico; una distorsión de la realidad. Aquí encuentra al hombre del portal y se entera de que su hermana podría seguir viva. Margaret deberá cumplir una serie de tareas para rescatarla.

“The Blazing World” tiene elementos de “Peter Pan” y “Alicia en el país de las maravillas”, pero Young imprime su propio giro psicodélico. La mansión en donde creció es ahora una pesadilla; aunque Margaret se fue de casa, sus recuerdos y terrores siguen ahí. En esta dimensión alterna, Margaret debe navegar sus traumas y confrontar versiones retorcidas de sus padres.
El estilo visual es alucinante; cielos rosas, cuartos fluorescentes, neblina verde y muchos colores vibrantes acompañan esta travesía. Es un mundo de fantasía acentuado por un precioso diseño de producción y una fotografía distintiva.
El limitado presupuesto se nota en los pobres efectos visuales. A lo largo del filme encontramos extensiones de set y efectos mágicos que nunca son del todo convincentes; en un principio esto no es un problema, pero Young utiliza tantas luciérnagas y elementos fantásticos que las animaciones comienzan a convertirse en distractores.
La inspiración de Young es evidente. Vibras de “El resplandor” se respiran en el concepto de la aterradora casa y el score de Isom Innis toma muchos elementos del ya legendario tema musical compuesto por Wendy Carlos y Rachel Elkind. El guión tampoco es sutil. Young y su coescritor Pierce Brown usan toscas explicaciones y alegorías para explorar los traumas de la protagonista. Asimismo, hay poco cohesión entre escenarios y algunos diálogos son dolorosamente cursis. Ni el siempre confiable Udo Kier (“Bacurau”) salva algunas de sus líneas.
“The Blazing Young” está lejos de ser una obra maestra, pero es una valiente presentación que emociona por el futuro de Carlson Young como directora. Las sensibilidades artísticas y el empuje imaginativo elevan a la película entera y son suficientes para justificar la inversión del tiempo en la misma. Esperemos que este sea el principio de un fructífero cuento de hadas para la carrera de Young.
“The Blazing Young” tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Sundance 2021.
