A veces no necesitas grandes efectos, espectaculares escenas o actores famosos para tener una película efectiva. Una buena historia te puede llevar muy lejos y proveer más emociones que el blockbuster más costoso. “The Oak Room” es un ejemplo de esto.
La trama se desarrolla a lo largo de una noche. Un misterioso hombre llamado Steve (RJ Mitte) entra a un bar para pagarle una deuda al cantinero veterano Paul (Peter Outerbridge). Pero no planea hacerlo con dinero, sino con una historia.
Paul tiene en su poder la urna con las cenizas del padre de Steve. Fue él quien pagó por su servicio funerario y ahora no está nada contento de ver a Steve, quien no solo le debe dinero, sino que hace muchos años desertó el pueblo y abandonó a su moribundo padre. Primero Paul se niega a aceptar cualquier cosa que no sea efectivo, pero eventualmente cede. Irónicamente, la historia de Steve es también sobre un extraño entrando a un bar tarde en la noche. Y dentro de esta historia, hay más historias.

El filme fue escrito por Peter Genoway y es una adaptación de su propia obra teatral. Estas conversiones de teatro a cine no son fáciles de ejecutar (véase “Life: Untitled”), pero aquí el director Cody Calahan tomó la historia de Genoway y la plasmó con espeluznante precisión.
“The Oak Room” es una clase maestra de oratoria. Estos relatos no parecen ser extraordinarios, pero todo está conectado. Cada palabra viene acompañada con suspenso y es imposible no querer escucharlo todo. Influye mucho el escenario, pues todo se desarrolla en ubicaciones íntimas, aisladas y rodeadas por una tormenta de nieve. Es como si no hubiera escapatoria. Hay una vibra pesada en todo el filme: no sabes cuando, pero es claro que en cualquier momento algo muy malo va a pasar. Cada escena agrega tensión y con el paso del tiempo, la historia se vuelve más y más oscura hasta alcanzar un clímax de violencia y conmoción.
Aunque el concepto de tener narrativas entrelazadas suene complicado, aquí todo fluye con naturalidad. Calahan y Genoway cambian el enfoque según convenga, creando incertidumbre a partir de intriga y aterrizando temas de paternidad, arrepentimiento y masculinidad entre cada relato.
El ritmo es lento pero nunca aburrido. Cada diálogo es cautivador y las actuaciones enfatizan la sensación de inquietud en el aire. RJ Mitte (“Breaking Bad”) utiliza un lenguaje corporal antinatural; en silencio o hablando, este hombre transmite suspenso cada vez que aparece en pantalla. Además, Mitte comparte enorme química con Peter Outerbridge (“Orphan Black”), quien luce y actúa exactamente como me imagino a un cantinero de pueblito montañoso. Otros actores como Ari Millen y Nicholas Campbell tienen poco tiempo en pantalla, pero lo exprimen para agregarle gravedad a la atmósfera.
“The Oak Room” utiliza una narrativa diferente para obtener tu atención. Es un filme atmosférico que utiliza el poder de su guión para lentamente construir una visceral historia de violencia. Es tan absorbente como inquietante, y un vivo testimonio del poder del diálogo como herramienta narrativa.
Este filme es parte de la selección oficial de Fantasia Fest 2020 y tendrá dos proyecciones virtuales: el 24 y 31 de agosto.