En 2002, el distrito escolar de Roslyn en Nueva York estaba intentando llegar a la cima. Con abundante presupuesto, planes para construir un lujoso paradizo elevado en el campus y un respetado superintendente a cargo, los planes para convertirse en el distrito número 1 del país iban viento en popa. Hasta que un gran fraude fue descubierto y todo se desmoronó. Este acontecimiento de la vida real es la trama para el drama criminal “Mala Educación” (Bad Education) de HBO, protagonizado por Hugh Jackman y escrito por Mike Makowsky, un ex-estudiante del distrito de Roslyn.

En su segunda película a cargo, Cory Finley (“Thoroughbreds”) maneja el ritmo con precisión de láser. Se toma su tiempo pintando las escenas, dejando un camino de detalles que pronto formarán parte de algo más grande. Mientras los secretos van saliendo a la luz, hay una tensión en el aire que apunta a una tormenta más desastrosa. Y aunque ya puedes adivinar hacia dónde va todo, la película es absolutamente absorbente, y la construcción que realizó Mike Makowsky de su personaje principal es la fuerza conductora detrás de ello.

A través de los años, Hugh Jackman no ha tenido problemas para salirse del personaje de Wolverine, mostrándonos su encanto en numerosos papeles. En “Mala Educación”, Jackman empieza justo así: un encantador superintendente llamado Frank Tassone. Es una figura querida, un hombre elegante, totalmente dedicado al sistema de educación y elemento clave para el crecimiento del distrito escolar de Roslyn. Es un héroe, pero mientras el filme avanza, comienzas a notar su hambre por reconocimiento… y entonces, el personaje de convierte en algo mucho más interesante. Jackman está ahí para hacerte cuestionar sus intenciones, explotar en el momento adecuado y así regalarnos una de sus mejores, más humanas actuaciones. Es una lástima que ésta sea una película para televisión porque Jackman pudo haber sido un fuerte contendiente en la carrera a Mejor Actor de los Oscar. Por lo menos, todavía tiene los Emmys.

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Alrededor de Frank, tenemos a Allison Janney (“I, Tonya”) interpretando a Pam Gluckin, una avara administradora escolar cuyo hijo accidentalmente pone en marcha el desastre; Ray Romano (“The Irishman”) es Bob Spicer, el presidente de la junta que tiene todas sus esperanzas en los talentos de Frank; y la más importante, Geraldine Viswanathan (“Blockers”) como Rachel, es una valiente estudiante de periodismo que está escribiendo una historia aparentemente inofensiva para el periódico escolar. Tras seguir los consejos del superintendente, Rachel intenta darle un empujón a su proyecto, eventualmente topándose con la evidencia de negocios sucios aconteciendo en la escuela. Su arco es bastante predecible, pero la confianza de Viswanathan crea momentos efectivos. Vas a aclamar por ella.

La película nunca intenta proteger o justificar las acciones de Frank, pero al revelar sus negocios, se ofrecen interesantes ideas sobre el sistema de educación y cómo infravaloramos el rol de los maestros en la sociedad. El guión de Makowsky no solo está intentando contar este escenario de fraude, pero también encontrar las motivaciones detrás de los culpables. Su propia experiencia como estudiante de Roslyn se hace presente para guiarnos y detalladamente comprender el papel de la personalidad de Frank en el asunto. Después de todo, lo llegó a conocer en persona.

Una película sobre fraude, dinero y administración escolar pudo haber sido muy aburrida, pero el ritmo, el tono satírico, la profundidad de sus personajes y una comandante actuación de Hugh Jackman hacen de “Mala Educación” un emocionante relato sobre la necesidad de amor, pertenencia y reconocimiento, además de la importancia que tiene la valentía e integridad frente a la incertidumbre.