Las historias de Roald Dahl han marcado la infancia de niños por varias décadas, desde “Las brujas” hasta “Charlie y la fábrica de chocolates”, sus relatos de amor por la infancia y su inocencia nos iniciaron a muchos en la lectura. Una de sus obras más famosas es “Matilda”, la cual cuenta con una adaptación al cine de 1996 y un multipremiado musical de Broadway. De este último, el director Matthew Warchus nos trae una nueva película, “Matilda, de Roald Dahl: El musical”.
Matilda (Alisha Weir) es una niña genio cuyos padres (Stephen Graham y Andrea Riseborough) desprecian. Todo parece cambiar cuando va a la escuela y conoce a la encantadora maestra Miel (Lashana Lynch), pero hay un problema: la malvada directora de la escuela, Agatha Tronchatoro (Emma Thompson) es una mujer abusiva que odia a los niños y trata de hacerle la vida imposible a Matilda a toda costa.
Quienes hayan visto “Pride” sabrán que este trabajo parece hecho como anillo al dedo para Warchus, quien de nuevo usa colores vivos, mucha energía y un gran sentido del humor sin sacrificar el centro emocional de la historia. Esta película está llena de vida e inocencia, captura la ternura y exageración del libro de Dahl a la vez que construye una identidad propia.
El elenco es maravilloso, Graham y Riseborough son ridículamente detestables como los progenitores de la niña; mantienen un tono fársico que plantea perfectamente el del resto de la película: uno los ve e inmediatamente recuerda las ridículas ilustraciones que acompañaban la novela. Lynch y Thompson por su parte son brillantes como la inocente salvadora de Matilda y la terrible villana, respectivamente.
Uno comprende el miedo de la maestra Miel, pero su valentía y bondad son palpables en todo momento, no es una mujer sumisa e indefensa, sino que hay muchas más capas a su terror. Por su parte, la Tronchatoro es más detestable que nunca, provoca intimidación e ira en partes iguales. Aunque muchos sabemos cómo acaba la historia, es imposible no sentir impotencia ante su terrible crueldad, y Thompson aprovecha cada momento para ser increíblemente odiable.
Pero la verdadera revelación es Alisha Weir, quien captura la inteligencia e inocencia de la valiente protagonista a la perfección. Weir está a la altura de todos los muy famosos intérpretes adultos que la rodean, su carisma y talento son lo que hacen a la película irresistible, pues uno siempre desea su victoria.
Si hay un pero, sería probablemente la edición, que a ratos no deja apreciar mucho las coreografías y bellos números debido a sus múltiples cortes. A ratos se siente un poco como si la película no confiara en el dinamismo de su elenco y recurriera a más tomas para compensarlo, pero este solo es un pequeño “pero” de una gran experiencia, y no ocurre todo el tiempo.
Los fans de esta historia encontrarán en “Matilda, de Roald Dahl: El musical” momentos icónicos como el pastel de Bruce o la reacción de la Tronchatoro a la niña de las trenzas, todos contados de una forma igual de divertida y con mucho cariño. Por su parte, quienes se unan a esta aventura por primera vez, aquí encontrarán un alegre y muy bienvenido inicio. Tanto viejas como nuevas audiencias pueden disfrutar este trabajo, el perfecto regalo de Navidad para bailar, cantar y pasar un buen rato en familia.
“Matilda, de Roald Dahl: El musical” ya está disponible en Netflix.