“Socks on Fire” es un proyecto híbrido a través del cual el cineasta Bo McGuire documenta su vida creciendo en Alabama como un hombre queer en medio de una familia amorosa, pero conflictiva. Lo hace a través de pietaje, entrevistas a sus seres queridos, recreaciones de eventos clave y mucha poesía, tal vez demasiada.

La película funciona como un homenaje a aquellas mujeres que apoyaron a McGuire en el forjamiento de su identidad, y un intento de reconciliarse con tal vez la más importante de ellas. La revoltosa tía Sharon fue una inspiración para el pequeño McGuire durante su infancia, pero tras algunos años, su espíritu fue consumido por homofobia, derivando en la expulsión del tío drag John y una pelea por la casa de la querida abuela. 

Esta premisa fácilmente pudo haber inspirado todo un filme de ficción. Sin embargo, el material es desmenuzado a través de una lírica abundante de abstracciones y la utilización de actrices y actores — destacando la participación de Odessa Young (“Shirley”) — para darle vida a versiones jóvenes de la familia McGuire. Todo es unido por una confianzuda narración del director para formar una complicada burbuja de ideas que muchas veces se rompe debido a la ambición en despliegue.

La fotografía permite acentuar la cualidad filosófica y de ensueño del discurso. Cada entrevista tiene un encuadre llamativo y algunas escenas son adornadas con imágenes metafóricas. 

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“Socks on Fire” | Tribeca 2021

McGuire provee una pequeña ventana a comprender la vida de una familia americana viviendo en un estado que no es exactamente sinónimo de inclusión, pero a veces sus aspiraciones se ven rebasadas por una complicada ejecución. El filme funciona mejor cuando el director se despega de la poesía para ofrecer enriquecedoras pinceladas de su comunidad y un vehículo para escuchar los testimonios personales de su familia y hablar sobre la influencia positiva de la comunidad en su propia identidad.

La familia es parte de nosotres y “Socks on Fire” ofrece una creativa comprensión de su influencia. Es una catarsis, por momentos demasiado ambiciosa, que utiliza alegría y sátira para intentar curar heridas y celebrar la libertad.

“Socks on Fire” obtuvo el premio de Mejor Documental en el cancelado festival de Tribeca 2020, pero tuvo su estreno mundial como parte de Tribeca 2021.