La masculinidad es abundante en la brillante “Brighton 4th” de Levan Koguashvili, un drama georgiano llevado a la vida con emotividad y humor, poblado por una fascinante colección de personajes.
La película abre entre la neblina del tabaco de un casino de Georgia, con un montón de hombres viendo deportes, gritando y eventualmente, peleándose. Es una escena llena de testosterona y hombrura idiota cuyo fin llega con la expulsión de un apostador hasta el cuello de deudas. Acto seguido, este hombre procede a contarle todas sus penas a su hermano (y nuestro protagonista), Kakhi (Levan Tediashvili), exluchador olímpico que, tras escuchar todo con suma tranquilidad, rápidamente le encuentra un nuevo hogar.
Lamentablemente, la impulsividad vive en la familia de Kakhi, quien deberá viajar hasta Brooklyn y utilizar esa misma paciencia para apoyar a su hijo Soso (Giorgi Tabidze), un joven que dejó la escuela, tiene problemas con las apuestas y le debe $14,000 dólares a un grupo de gángsters.
Soso vive en un hostal habitado por una pequeña comunidad de inmigrantes georgianos que bebe, canta y golpea las paredes durante las borracheras. Este grupo está unido por la escasez de dinero y las cuestionables decisiones derivadas de sus problemas económicos, muchas de ellas frustrantes, pero también generadoras de hilarantes escenas. A pesar de los problemas o conflictos, la camaradería siempre sale a relucir para reemplazar peleas con alcohol.
El cinefotógrafo griego Phedon Papamichael (“The Trial of the Chicago 7”) te hace olvidar que estás en Estados Unidos. El dos veces nominado al Oscar filmó Brooklyn como si fuera Europa del Este, ayudando a acentuar los sentimientos de comunidad entre los diversos y peculiares personajes. A través de este ambiente, “Brighton 4th” se convierte en un maravilloso relato de inmigración en donde la comedia surge a partir de la efusiva idiotez masculina y la interminable búsqueda por dinero.

Irónicamente, Levan Tediashvili se roba el show con su silencio. También excampeón olímpico en la vida real, el imponente luchador resulta ser encantador como un estoico y paciente padre de familia. Aún cuando utiliza la fuerza física, su aura bonachona persiste para darle un toque juguetón a la situación.
La película gira en torno de un personaje excepcionalmente construido. Kakhi es un tesoro. No juzga, simplemente observa y, sin importar la reprobable conducta de su hijo o amigos, siempre está dispuesto a apoyar. La familia es claramente su motor, pero eso nunca es expresado a través de palabras, pues Kakhi siempre mantiene cualidades tradicionales masculinas que le impiden mostrar fragilidad. Si siente dolor, no lo expresa y si hay una circunstancia apremiante, no la señala para evitar generar preocupaciones. Tal vez no utilice las palabras, pero Kakhi tiene sus propias formas de decir “Te amo”. Me recordó a mi padre.
“Brighton 4th” es una espléndida muestra de cultura y comunidad en donde Levan Koguashvili plasma un acertado relato de masculinidad tradicional y frágil. Su inmejorable final aterriza los temas previamente explorados con énfasis en la magia que solo una comunidad puede crear. Inolvidable.
“Brighton 4th” tuvo su estreno mundial en Tribeca 2021, en donde obtuvo los premios de Mejor Película y Mejor Actor en la Competencia Internacional.