Hace ya varios años se estrenó la película “Sexo en la ciudad 2”, en la que un grupo de amigas viajaba a Abu Dhabi y exploraban distintos aspectos de las relaciones, el sexo y la vida de soltera. Pese a que fue odiada por críticos y no tan querida por las audiencias, parece una obra maestra al lado de “A la mierda el amor… otra vez”, de los directores Aram van de Rest y Appie Boudellah. Aunque trata de ser una comedia sobre varias mujeres en distintas etapas de la vida, su humor burdo, guion incoherente y ejecución genérica la convierten en una experiencia tortuosa y aburrida.

Pese a ser una secuela a “F*ck de liefde” de 2019, no es necesario ver la original para entenderla, pues en sus primeros 10 minutos la película se encarga de ponernos al corriente de todo lo ocurrido y de quiénes serán nuestros protagonistas. Tras dejar a su novio Jim (Geza Weisz), Lisa (Bo Maerten) viaja a Ibiza con sus dos amigas Angela (Bettina Holwerda) y Kiki (Nienke Plas) para celebrar la despedida de soltera de esta última. Mientras tanto, Bo (Yolanthe Cabau) está pensando terminar su matrimonio con Said (Maurits Delchot), y el hermano de éste, Jack (Edwin Jonker), trata de ocultarle a su esposa embarazada, Cindy (Victoria Koblenko), que tiene una amante que también espera un bebé de él.

Sí, es demasiado, pero no es ni la mitad de interesante de lo que se escucha. Tras un primer acto lleno de chistes sosos y de mal gusto en un funeral, la película trata de abordar su caótica trama sin gracia o interés: los personajes se enamoran después de una sola escena, los conflictos se resuelven de la nada, no hay consecuencias, no conocemos ni nos interesa a conocer a la gran cantidad de personas presentada, el humor es infantil en el peor de los sentidos. Lo más triste es que ni siquiera es lo suficientemente terrible como para resultar en un gusto culposo, simplemente se limita a hacer el mínimo esfuerzo para armar algo ligeramente coherente: al menos las de “365 días” son tan espantosas que hay cierta fascinación por ver hasta dónde puede llegar su mala calidad.

Este trabajo no funciona ni siquiera como otro romance genérico de Netflix. No hace falta irnos muy lejos para comprobarlo: esta misma semana la plataforma estrenó otras dos películas de este tipo, “Un maridaje perfecto” y “En la Toscana”, y si bien ambas son bastante convencionales y predecibles, al menos hay un esfuerzo de los creadores por entregar un producto cuidado y técnicamente competente a su audiencia. Puede que no sean grandes películas, pero se tiene respeto por el público al cual van dirigidas. “A la mierda el amor… otra vez” no solo es genérica en todos sus aspectos, sino que carece completamente de corazón. 

Tal vez para aquellos que hayan visto la primera película resulte interesante ver la continuación de estos personajes (no estoy dispuesto a averiguarlo), pero por sí sola es una experiencia no sólo decepcionante, sino una pérdida total de hora y media de tu tiempo.

“A la mierda el amor… otra vez” ya se encuentra disponible en Netflix.