l thriller social es un subgénero que ha estado latente en estos últimos años por trabajos como “Parasite”, “White Noise” y la filmografía de Jordan Peele, cineasta que parece servir como influencia en “The Strays” o “Los extraños”, debut de Nathaniel Martello-White, el cual toca varios aspectos característicos de Peele pero que no aterrizan del todo. La cinta trata sobre Cheryl (Ashley Madekwe), una mujer que, al borde de perder su sanidad gracias a varias deudas, abandona a su familia para cambiar su vida a una más pudiente y exitosa, sin saber que sus actos tendrán consecuencias un poco violentas.
Cheryl ahora es Neve y nos presenta su nueva vida: la perfección lo es todo, tiene un esposo y dos hijos, trabaja como subdirectora en un colegio privado y vive repleta de lujos, todo eso con un poder adquirido a través del passing, es decir, cuando alguien de un grupo racial es percibido como miembro de otro (en este caso, Neve, una mujer negra, se hace pasar como persona blanca). Esta introducción abarca la primera media hora de la película; el problema es que los primeros 10 minutos hubieran sido suficientes para hacerlo. Tras querer dividir la película en tres capítulos con la misma duración, Martello-White, y su editor Mark Towns, prolongan su primer acto hasta el hartazgo.
Dos personas de su pasado la persiguen: Carl (Jorden Myrie) y Dione (Bukky Bakray), un par de adultos jóvenes que en un inicio aparecen de manera casi fantasmagórica y es un giro agradable el descubrir que son de carne y hueso. Con esto, el juego de poder cambia y aparece una nueva perspectiva de su relación con Neve: los suburbios son más siniestros cuando las apariencias desaparecen y el futuro de la protagonista se vuelve fatalista. Una deficiencia grandísima es que estas situaciones suceden hasta la mitad de la película y si agregamos las explicaciones excesivas de las motivaciones de los personajes, el final parece más que predecible.
Aunque es un debut encomendable, la dirección de Martello-White tropieza al intentar copiar a Jordan Peele en vez de tomarlo como influencia, pues los visuales de “Los extraños” se parecen bastante a la estética de “Us”, pero sin algún subtexto que ayude a que la cinta se pueda considerar como un thriller social, en donde un guion debe ser competente para representar las problemáticas sociales. Por otro lado, un acierto que tiene la película al seguir la influencia de Peele es el score original compuesto por Emilie Levienaise-Farrouch (“Censor”, “Living”), cuyo uso de instrumentos de cuerdas y un coro inquietante generan una amenaza para los personajes y el espectador.
“Los extraños” termina enseñando mucho pero demostrando poco y no alcanza la expectativa alta que se tiene con películas de este género, pues hay prepotencia en querer parecerse a algo icónico para ser aceptado por la mayoría.
“Los extraños” ya está disponible en Netflix.