Es hora de sacar las scooby-galletos y dar un paseo por nuestra memoria para resolver un caso más junto a Scooby, Shaggy, Daphne, Vilma y Fred, ahora en 3D.

Los primeros minutos de “¡Scooby!” relatan cómo el famoso perro conoce y se convierte en amigo de un joven Shaggy. Es una historia simple y linda con el toque justo de emotividad. Si tienes perro de seguro querrás abrazarlo. Esa magia continúa cuando, una noche de Halloween, se juntan con Fred, Daphne y Vilma para accidentalmente resolver su primer caso involucrando una supuesta casa embrujada.

Tras un montaje con elementos clásicos y música de la caricatura, damos un salto al presente, en donde nos espera una historia muy enredada. Debido a una discusión con Simon Cowell (sí, muy aleatorio), Shaggy y Scooby se separan del grupo, y después de un incidente en el boliche, terminan haciendo equipo con el superhéroe espacial Blue Falcon y su compañero, Dynomutt para intentar descifrar los planes del maquiavélico Dick Dastardly (o Pierre Nodoyuna como lo conocemos en español).

El guión de la película fue escrito por cuatro personas y se nota. Entre perros, robots, cavernícolas, una leyenda involucrando a Alejandro Magno y superhéroes traumados, hay muchas cosas aquí que podrían confundir a los más pequeños o aburrir a los más grandes. No hay una estructura fija y el corazón de la historia, que es la amistad entre Shaggy y Scooby, se pierde entre tanta cosa. Presiento que el filme va a trabajar mejor en adultos nostálgicos que en niños.

scooby-02

La comedia de “¡Scooby!” está por todos lados. Hay humor simplón para niños y demasiadas referencias pop que solo un adulto entendería. Dependiendo de tus gustos, podrías odiar tanto ‘chiste de tío’.

Sin embargo, la vibra de la caricatura original está aquí. Hay cotorras persecuciones, momentos irreverentes y los protagonistas conservan sus cualidades. Shaggy y Scooby son unos miedosos, Vilma es muy inteligente, mientras que Daphne es atevida, cálida y audaz; de hecho, termina siendo un elemento clave del equipo, algo que no siempre ocurría en la caricatura. Por alguna extraña razón, Fred es retratado como american white thrash: cree que los sistemas métricos estadounidenses son geniales y los libros son tontos, está enamorado de su camioneta, y se le cae la baba por rubias despampanantes. Sentí que, con este personaje, los escritores estaban burlándose del Estados Unidos.

Si hay algo que aprecié de esta animación fue su uso del universo Hanna Barbera. Además de Dastardly y su uraño perro Patán, el filme cuenta con una aparición de Dee Dee Sykes de la caricatura Teen Angels y del Capitán Cavernícola, uno de mis favoritos de la infancia. Y en los créditos hay aún más referencias a personajes del legendario estudio de animación. Es claro que Warner Bros utilizó este filme para intentar arrancar una franquicia cinematográfica de Hanna-Barbera, y aunque “¡Scooby!” no es ningún “Iron Man”, definitivamente propone algo que apela a mi nostalgia.

“¡Scooby!” es una película animada normal. No innova, ni cambia el género, pero es corta y provee un rato agradable de nostalgia y distracción. Si creciste con la Máquina del Misterio, lo más seguro es que las caricaturescas alusiones y coloridas aventuras te generen algunas sonrisas.