Pese a ser el héroe más veloz del universo, Barry Allen siempre llega tarde a sus compromisos, es una constante contradicción del personaje: nunca estar a tiempo. Como si la realidad estuviera imitando a la ficción la película de Flash al fin llega tras múltiples retrasos, cambios de directores y controversias, con el director Andy Muschietti a cargo. Ahora la pregunta es, ¿logra esta nueva entrega cumplir con éxito su misión?

Flash (Ezra Miller), el hombre más rápido del planeta, regresa al pasado y altera la línea temporal del universo. Ahora debe encontrar nuevos aliados para arreglar su error y salvar la vida de millones de personas antes de que sea demasiado tarde.

Si bien esta es una adaptación muy libre de Flashpoint, uno de los eventos más importantes en la historia de los cómics de DC, desde el inicio se sabía que este universo cinematográfico no contaba con el desarrollo de su contraparte impresa para abarcar todo lo que implica este arco narrativo. Por ende, muy inteligentemente, el guion de Christina Hodson (Bumblebee) y Joby Harold (Transformers: El despertar de las bestias) se enfoca en construir la historia con los elementos preexistentes del DCEU, sin nunca olvidar que Barry Allen es la verdadera estrella del show. Se nota la experiencia de ambos guionistas en su manejo de la nostalgia, pues logran integrar elementos de fan service de forma orgánica y de tal manera que ayuden a darle peso emocional al centro de la película. Sí hay algunos elementos tomados de las historietas, como aspectos de Proyecto Superman, pero en general esta es una historia aparte.

Desde que salieron los primeros trailers de la película había críticas sobre los efectos especiales, e incluso se han filtrado en Twitter varios clips fuera de contexto seguidos de múltiples críticas, pero el resultado final es mucho mejor de lo que estos comentarios iniciales darían a entender. Siempre una película sobre Flash iba a requerir una fuerte carga de efectos, por lo que Muschietti y su equipo eligen irse por el lado de lo caricaturesco y exagerado en lugar de la solemnidad y el realismo del acercamiento de Snyder, lo cual le da espacio a que las escenas de acción sean mucho más extravagantes, elaboradas y bastante ingeniosas. Esto a veces resulta en secuencias visualmente extrañas, pero siempre al servicio de la historia y de simular la experiencia de estar leyendo una novela gráfica: es complicado acostumbrarse, pero su conmovedora historia logra meter al espectador pese a algunos tropiezos iniciales.

Al igual que su protagonista, la película tiene la tarea de hacer muchísimo a la vez en muy poco tiempo: ser un nuevo punto de partida para el DCEU, un homenaje a películas pasadas, una especie de historia de origen de Flash y una entrega entretenida para todas las audiencias. Todo esto lo logra gracias a la dirección de Muschietti, quien mantiene un ritmo acelerado pero siempre preciso para combinar todos estos elementos con humor, acción, emotividad y coherencia. Esto acompañado de Ezra Miller, quien independientemente de sus controversias logra cargar con no solo una, sino dos versiones de Barry Allen, las cuales le permiten brillar tanto en el lado cómico como dramático. Si había dudas sobre si Miller era capaz de ser un Flash convincente, esta entrega debería disiparlas por completo.

Michael Keaton nos recuerda por qué es un icónico Batman con su sentido del humor y gran presencia en pantalla, ahora apoyado por efectos digitales que nos permiten verlo en acción como nunca antes. Sasha Calle es una gran personificación de Supergirl y le saca jugo a cada segundo en pantalla aunque en realidad es más un elemento narrativo para avanzar la trama que un personaje desarrollado. La presencia de estos dos héroes nos permite revisitar dos eras muy importantes de este vasto universo cinematográfico bajo un nuevo lente, una mezcla precisa de nostalgia y modernidad.

Flash se mueve a toda velocidad entre el homenaje y la creación de una nueva historia. Logra con éxito llegar a su destino gracias a su protagonista y un gran corazón que pone todos los elementos al servicio de una gratificación emocional. Los fans de DC verán aquí muchos cameos y guiños satisfactorios, pero quienes no los capten del todo aún así pueden dejarse llevar por la magia del Speed Force.

“Flash” ya está disponible en cines mexicanos.

Imagen de portada cortesía de Warner Bros.