Las raunchy comedies (comedias obscenas, si se traduce el término al español) fueron muy populares a finales de los 90 e inicios del 2000, con clásicos del género como Loco por Mary, Superbad, Ligeramente embarazada y Virgen a los 40. Se caracterizan por una curiosa combinación de sentimiento y humor vulgar que, en cantidades correctas, esconden mucho corazón detrás de sus burdas carcajadas. Hazme el favor (No Hard Feelings), del director Gene Stupnitsky, es un gran ejemplo de lo irresistible que es esta mezcla, gracias en gran parte a una increíble Jennifer Lawrence.
Maddie (Jennifer Lawrence) es una conductora de Uber a la cual le quitan su carro justo cuando más necesita trabajar, debido a la creciente gentrificación de su vecindario. En medio de la desesperación, encuentra una extraña propuesta de trabajo: una pareja (Laura Benanti y Matthew Broderick) ofrece darle un coche a cambio de que salga y se acueste con su introvertido hijo de 19 años, Percy (Andrew Barth Feldman), antes de que éste se vaya a la universidad.
Si había alguien perfecto para dirigir Hazme el favor era Stupnitsky, cuya anterior película, Good Boys, es una de las más divertidas del género en años recientes. Al igual que en ese trabajo, aquí el director y guionista sabe encontrar un balance entre el humor irreverente, situaciones exageradas y el romance. Ante todo, crea personajes tridimensionales con fuertes motivaciones y cuya relación conmueve en varios momentos. La sorpresa en esta película no son sus múltiples risas, sino su inesperada ternura.
Al centro de todo están Jennifer Lawrence y Andrew Barth Feldman, quienes saben soltar los chistes en el momento preciso pero también transmitir las inseguridades de sus personajes. Si bien Lawrence ya ha participado antes en comedias, éstas solían estar más inclinadas hacia lo dramático, como su triple colaboración con David O. Russell (American Hustle, Joy y Silver Linning Playbook), o solo formó parte de un elenco mucho más grande (Don’t Look Up). Aquí Stupnitsky la deja ser la estrella del show y explota al máximo sus habilidades, desde la comedia física autodespreciativa hasta el romance.
Barth Feldman está a la par de su coestrella: sabe cómo hacer que Percy sea un chico poco experimentado pero no por ello soso o aburrido. De hecho, sus chistes muchas veces son la cereza del pastel para cerrar las situaciones con una risa: complementa perfectamente a Lawrence y su dinámica en pantalla fluye sin problema.
Con todos estos elementos, lo único que detiene a esta película de ser una comedia impecable es que decide irse por lo seguro en lugar de llevar al máximo su vulgaridad. Después de una divertidísima escena en la playa, el guion prefiere inclinarse más por el lado de la comedia romántica, con todas las convenciones que esto implica. No por ello dejan de haber risas y carcajadas, quedan todavía muchas, pero uno ya puede ver por dónde va la historia y qué giros va a tener.
Con Hazme el favor, Stupnitsky, y sus estrellas nos recuerdan que la raunchy comedy todavía tiene mucho que ofrecer. Su mezcla de humor y romance la convierten en una experiencia muy divertida que pronostica un buen futuro para Andrew Barth Feldman y nos recuerda una vez más el gran talento que tiene Jennifer Lawrence.
“Hazme el favor” o “No Hard Feelings” ya se encuentra disponible en cines mexicanos.