Luego del contundente éxito de Misión de rescate, no era sorpresa que llegara una secuela y aunque la vara estaba alta, Misión de rescate 2 logra superarla debido a sus estrambóticas escenas de acción y su efectivo desarrollo de personajes. Sam Hargrave vuelve a sentarse en la silla de director y entrega una historia que abona al desarrollo de su personaje principal y un plano secuencia de más de 20 minutos, absorbente de principio a fin.
El final de la película pasada sugería el deceso de Tyler Rake (Chris Hemsworth), sin embargo, su equipo logra rescatarlo y lo lleva a un hospital. Después de permanecer durante nueve meses en coma, Tyler decide retirarse y pasar el tiempo en su cabaña, hasta que aparece un misterioso hombre llamado Alcott (Idris Elba), quien le propone un nuevo rescate. No es cualquier trabajo, ya que la persona a rescatar es ni más ni menos que la hermana (Tinatin Dalakishvili) de su exesposa Mia (Olga Kurylenko). El asunto no solo tiene tintes personales, sino también suicidas debido a que su excuñada está recluida junto a sus dos hijos en una prisión de máxima seguridad custodiada por una familia de poderosos y despiadados gángsters.
¿Por qué logró tanto éxito la primera entrega? Podemos meter en la ecuación el nombre de Chris Hemsworth (Thor: Love and Thunder) y su alcance mediático; pero sin duda, el factor decisivo fueron las estilizadas secuencias de acción en las que reinó la violencia explícita y largas coreografías con mucha energía. La misión principal de esta secuela no solo era de rescate, sino de superar a su antecesora, y vaya que lo logra.
El punto más trascendental de esta segunda parte es cómo presenta el rescate de la excuñada del protagonista: un plano secuencia de más de 20 minutos que empieza en lo más recóndito de una prisión, pasa por una batalla campal en el patio principal y termina con el descarrilamiento de un tren a máxima velocidad. La secuencia recorre espacios totalmente diferentes de forma vertiginosa y nunca baja el ritmo de la acción, la cual involucra enfrentamientos cuerpo a cuerpo, balazos con distintos calibres de armas y helicópteros que atacan sin cesar.
Greg Baldi, quien debuta como fotógrafo principal en un largometraje (anteriormente trabajó como director de fotografía de segunda unidad en grandes proyectos), orquesta este alucinante plano secuencia a partir del cuidado posicionamiento de la cámara. En cada uno de los cambios de sitio, la cámara toma un lugar estratégico para no perder detalle de los movimientos de los personajes y de sus acciones, pero no todo es la cámara fija, pues el director y su equipo realizan un baile sincrónico al ritmo de las coreografías de acción, lo cual provoca que la experiencia se vuelva mucho más inmersiva y el paso de los minutos no se perciba.
Otro de los puntos a resaltar del guion escrito nuevamente por Joe Russo (El hombre gris), es el desarrollo del personaje principal y la relación con su pasado, ya que eso genera vínculos afectivos y efectivos con los personajes de su alrededor y mayor empatía con el público. Tyler deja de ser un personaje totalmente frío y comienza a explorar sus sentimientos a partir del recuerdo de traumas relacionados a eventos familiares. El dinero ya no es su principal motor para encargarse de las misiones, sino el apego afectivo con personas involucradas en el conflicto.
Misión de rescate 2 funge como un puente interesante hacia la tercera entrega, pero no es una pieza más del rompecabezas, sino un producto que desarrolla aún más a sus personajes, en especial al protagonista, y entrega uno de los planos secuencias de acción más sobresalientes de la última década, debido a sus altas dosis de adrenalina provocadas por sus vertiginosas coreografías e inmersivos efectos visuales. ¿Podrá superar en vistas a su predecesora? Por la calidad que tiene, existen altas probabilidades.
“Misión de rescate 2” ya está disponible en Netflix.