La cineasta y compositora Amanda Kramer dirige “Please Baby Please”, una propositiva película sobre el cuestionamiento de la heterosexualidad, el desarrollo de lo queer en los años 50 y la psicodelia de las pandillas a partir de la música y el estilo melancólico y surreal de la época.
Suse (Andrea Riseborough) y Arthur (Harry Melling) están casados y viven en un departamento en los suburbios de Manhattan en plena década de los años 50. Cada noche es un tormento y una incertidumbre para ellos, pues son constantemente acosados y atacados por una pandilla. El matrimonio se convierte en una obsesión para el grupo, sobre todo a nivel sexual, lo cual despierta emociones inexplicables y volátiles en Suse y Arthur.
La directora Kramer orquesta una cinta atrevida a nivel temático, donde sus dos personajes principales, así como el diseño de producción de Bette Adams logran enfatizar cada uno de los planteamientos que ella desea plasmar. Andrea Riseborough (“To Leslie”) y Harry Melling (“Los crímenes de la academia”), además de tener una buena química porque sus personajes se complementan como Yin y Yang, sobresalen por separado debido a sus matizadas actuaciones; por un lado, Riseborough encarna a una mujer pasional y con extenuantes cambios de personalidad, que contrasta con la sobriedad, la sensibilidad y la confusión de Arthur, interpretado por Melling.
“Please Baby Please” se adentra en la rebeldía de la época y con inesperados giros narrativos, disecciona el funcionamiento de la masculinidad frágil de aquellos machos que utilizan la violencia para ocultar sus verdaderos sentires y su sexualidad. Kramer hace que veamos con otro enfoque a todos aquellos machos impotentes y reprimidos, en especial a los militantes de grupos opresores, así que películas como “The Warriors”, “La naranja mecánica” o “Sangre por sangre” seguramente ya no se verán igual.
El diseño de los espacios, tanto exteriores como interiores, junto a los vestuarios que equilibran la elegancia y la pulcritud con la desfachatez y la musicalización de Giulio Carmassi y Bryan Scary (ambos colaboraron también en “Black Bear”), remarcan la dureza y el espectro rebelde de los jóvenes durante la segunda mitad del siglo XX. La directora y su equipo transmiten excitación, artificialidad y estridencia, convirtiendo a su producto en algo auténtico y por muchos momentos surreal, donde se desdibuja la línea entre lo real y las alucinaciones.
“Please Baby Please” es una puesta en escena atractiva y vistosa. Andrea Riseborough y Harry Melling demuestran su enorme capacidad actoral en esta alocada película, donde se muestran desparpajados y muy comprometidos con la visión psicodélica de Kramer.
“Please Baby Please” ya está disponible en MUBI.