Para este punto, todos conocemos la estructura clásica de la comedia romántica: chico y chica se conocen, se caen mal, se enamoran, se separan por un malentendido solo para al final volver a estar juntos. Aunque han habido algunas películas del género que han intentado romper estas convenciones, la mayoría se mantiene en la fórmula. ¿Por qué? Porque muchos amamos ver a dos personas dispares enamorarse pese a la adversidad: no se trata de lo que pasa, sino de cómo pasa, de hacernos dejar de lado nuestra incredulidad y despertar nuestra fe en el amor. “Temporada de bodas”, del director Tom Dey podrá no romper ningún molde, pero su ternura definitivamente te derretirá el corazón.
Asha (Pallavi Sharda) y Ravi (Suraj Sharma) se conocen en una cita a ciegas organizada por sus respectivos padres, los cuales están desesperados por ver a sus hijos casados. Ambos, hartos de esta dinámica, hacen un pacto: como es temporada de bodas, irán juntos a cada una de ellas y fingirán estar saliendo. Sin embargo, lo que comienza como un engaño poco a poco se convierte en un romance inesperado para ambos.
Tanto Sharda (“Lion”) como Sharma (a quien recordarán como el protagonista de “Life of Pi”) son carismáticos y atractivos: nos venden a la perfección esta relación y hacen que deseemos que terminen juntos. Sharda hace de su independiente protagonista una digna heroína de comedia romántica, una cuya terquedad y aire de autosuficiencia va a la perfección con el relajado y nada complicado Sharma. Si bien el guion a ratos es acelerado (tenemos el clásico montaje musical en el cual pasan de caerse mal a bien), ambos lo mantienen a flote y hacen que pasemos por alto estos detalles.
El contexto de las bodas le da la oportunidad a la película de presumir distintos vestuarios y escenarios a la vez que disfrutamos (brevemente) de encuentros multiculturales. Uno de los temas recurrentes es el choque entre las tradiciones propias de la cultura india y las nuevas costumbres de los jóvenes criados en Estados Unidos: los matrimonios arreglados, la independencia femenina, y las bodas interraciales, que son mostradas de manera natural y nada forzada para expresar las complejidades que vienen con la migración.
Otro agregado efectivo son las subtramas (a veces el punto más débil de este tipo de producciones). Tanto el deseo de Asha de conseguir microinversiones para negocios de mujeres en Asia, como la boda de su hermana con un hombre blanco (cuyo desesperado intento por encajar en la familia india saca varias risas) construyen a los temas propuestos y juegan un papel importante en el romance central, algo que “Desfile de corazones”, por ejemplo, jamás logró.
De manera similar y más efectiva que “La infeliz”, “Temporada de bodas” se destaca por darnos todo lo que uno espera de este tipo de películas, pero con un contexto diferente, lleno de personajes diversos y un bonito mensaje sobre perseguir los sueños. Tal vez se quede un poco corto en el departamento de comedia, pero la ternura de su romance lo compensa con creces.
“Temporada de bodas” ya se encuentra disponible en Netflix.