Del director David Lowery (La Leyenda del Caballero Verde) nos llega Peter Pan y Wendy, una nueva versión de la historia clásica escrita por J.M.Barrie que a su vez se une a la reciente ola de remakes live-action producidos por Disney para relanzar muchas de sus propiedades intelectuales más conocidas.
Peter Pan y Wendy cuenta la historia de Wendy Darling (Ever Anderson) y sus hermanos, Juan (Joshua Blue Pickering) y Miguel (Jacobi Jupe), en su visita al País de Nunca Jamás acompañados por Peter Pan (Alexander Molony), Campanita (Yara Shahidi) y los Niños Perdidos en su eterna lucha contra el Capitán Garfio (Jude Law) y su tripulación de Piratas.
Pese a que el argumento es similar al de las otras versiones (incluyendo la animada de 1953) Peter Pan y Wendy logra diferenciarse gracias al tratamiento de sus personajes y a la deconstrucción que David Lowery y Toby Halbrooks, guionistas de la cinta, hacen de Peter Pan a través de sus relaciones con sus coprotagonistas: Wendy y Garfio; la primera deja de ser solamente una espectadora de la historia y una damisela en apuros para transformarse en un personaje activo que no solamente se deja embelesar por el relato del niño volador, pues aquí cuestiona el mito de Peter Pan, su origen y sus motivaciones, con estas preguntas pone en jaque a Peter y lo lleva a la introspección. Garfio, por otro lado, recibe un tratamiento diferente: el guion le da una mayor profundidad con un pasado trágico y motivaciones sólidas para odiar a Peter (además de fortalecer sus vínculos con él), y lo sacan del molde de típico villano unidimensional de cuento para convertirlo en un formidable antagonista.
Las actuaciones son un aspecto bastante destacable de la película, especialmente la interpretación de Jude Law como el Capitán James Garfio, pues logra darle muchos matices al personaje a través de sus movimientos corporales (incluso empleando el mismo garfio como si siempre hubiera sido parte de su cuerpo) y la modulación de su voz. Por su parte, Alexander Molony entrega un Peter Pan melancólico y frágil como nunca antes se había visto.
La dirección de David Lowery se siente bastante contenida, como si tuviera un freno todo el tiempo que le impidiera llevar su versión de la historia a dónde él quiere. Esto afecta a la película visualmente pues el director es conocido por las potentes imágenes de sus películas (ya sea un fantasma contemplando una ventana solitaria o un imponente caballero verde retando al Rey Arturo a un duelo) y aquí ese factor solamente destaca en la guarida de Peter y los Niños Perdidos: un castillo ruinoso lleno de vegetación. Un elemento sobresaliente es el score de Daniel Hart (compositor recurrente del director), quien le da nueva vida a algunas de las piezas compuestas por Oliver Wallace para la película animada de Disney al mezclarlas con sus propias creaciones.
Desgraciadamente el ritmo de la película se siente acelerado, todo pasa demasiado rápido y por lo mismo muchas de las secuencias con mayor potencia emocional se sienten apresuradas y no se les da la importancia necesaria para impactar en el espectador adecuadamente. Por otro lado, como en muchas producciones recientes de Disney, los efectos visuales fallan a la hora de expandir los escenarios o mostrar las criaturas fantásticas de Nunca Jamás.
Peter Pan y Wendy es un sólido remake de Disney cuyas mayores fortalezas se encuentran en la profundidad y desarrollo de sus personajes, así como en las interpretaciones de todo su elenco. Los problemas están en su ritmo apresurado y en el apartado visual que nunca llega a equipararse con los trabajos previos del director. Con todo y sus pequeñas fallas se trata de una película madura luchando constantemente por alejarse del clásico cuento de Disney.
“Peter Pan y Wendy” ya se encuentra disponible en Disney+.
Imagen de portada cortesía de Disney.