Por extraño que parezca, Tim Burton ama la navidad. Resulta raro, no solemos relacionar al director con este tipo de festividades tan alegres, lo suyo, según casi todos, son los esqueletos, las calabazas de Halloween, los personajes con ojos hundidos y los perros zombies de ultratumba. Sin embargo, el cineasta originario de California tiene tres cintas desarrolladas durante las fiestas decembrinas: “El Joven Manos de Tijera”, “El Extraño Mundo de Jack” (dirigida por Henry Selick pero escrita y producida por Burton) y “Batman Regresa”, secuela de su primera cinta sobre el encapuchado superhéroe de Ciudad Gótica y un filme poco mencionada dentro de la filmografía general del realizador.
Hoy quiero que regresen conmigo a Ciudad Gótica para rememorar esa película navideña extraña, bizarra y llena de cirqueros, pingüinos explosivos y referencias dickensianas.
Burton regresa
Es curioso, la película anterior a “Batman Regresa” en la filmografía de Burton fue “El Joven Manos de Tijera” y la secuela de “Batman” tiene más en común con el relato del peculiar joven Edward que con el mismo género de superhéroes. Se trata, para empezar, de filmes cuya esencia es bastante literaria: una bebe directamente del “Frankenstein” de Mary Shelley y la segunda hace lo propio con los textos de Charles Dickens (“Historia de Dos Ciudades” y “David Copperfield”); sus escenas iniciales poseen una atmósfera de cuento infantil bastante particular. En segundo lugar, el trasfondo navideño encierra a ambas cintas casi como si de globos de nieve se tratara: son universos muy particulares pero lo suficientemente verosímiles como para jamás salirnos del encanto.
Tim Burton odió dirigir la primera película de Batman por la interferencia constante que tuvo de parte del estudio y de los productores de la cinta; todas y cada una de sus decisiones fueron cuestionadas, desde la elección de Michael Keaton y Jack Nicholson en los papeles principales (sus Batman y Joker son icónicos el día de hoy) hasta el look gótico y tenebroso de la cinta (influenciado por el expresionismo alemán del cual el director es fanático). Finalmente, el filme se estrenó en 1989 y fue un tremendo éxito. Warner quería una secuela y Burton regresar a sus personajes extraños y relatos fabulísticos: en su mente circulaba la idea de un joven con cuchillas en lugar de manos; el estudio aceptó esperarlo pues consideraban necesaria la presencia del cineasta para garantizar una segunda parte igual o más exitosa.
Tras su particular cinta juvenil, Burton regresó al universo de Batman y esta vez hizo suyo al personaje, tanto que el propio héroe se siente forzado en su propia película. El resto de decisiones creativas también se sienten sacadas de la mente del cineasta: el look del Pingüino, el controversial traje de Gatúbela, el setting navideño del filme… ¡Todo cien por ciento Burton!
Un Pingüino de abolengo
“Batman Regresa” nos vuelve a presentar al superhéroe enmascarado en su cruzada por erradicar el crimen de Ciudad Gótica, en esta ocasión se enfrenta al Pingüino, un ser deforme y resentido con los seres humanos después de que sus padres decidieran tirarlo por una cloaca. El villano se une al empresario y competencia directa de las empresas Wayne, Max Shreck, quien planea robar toda la energía de la ciudad; mientras enfrenta todas estas amenazas, Bruce Wayne deberá lidiar con la misteriosa Gatúbela, una mujer con habilidades similares a las de un gato quien parece tener una vendetta personal contra Shreck. Así de extraña y peculiar es la película, personalmente me encanta pues solo Burton podría haber hecho un filme donde Batman fuera lo menos raro de la cinta.
El verdadero protagonista de la película, en mi opinión, es el Pingüino, villano interpretado por Danny DeVito con kilos de maquillaje y prostéticos encima, pues la cinta abre y termina con él, con su historia, su trágica historia. Las primeras escenas de la cinta parecen sacadas de un texto europeo del romanticismo: mansión gótica, clima tempestuoso, un nacimiento, un monstruo. Después, la cinta toma un tono más bien bíblico pues los padres del Pingüino lo lanzan al río en su pequeña cuna y flota, cual Moises, a través de un río, uno que finalmente se transforma en una cloaca cuya desembocadura da al santuario de los pingüinos del zoológico de Ciudad Gótica. Burton crea un espejo contrastante entre su héroe y su villano con esta primera secuencia: mientras Bruce Wayne fue amado por sus padres millonarios y la muerte de los mismos lo lleva a transformarse en Batman, a Oswald Cobblepot su familia lo despreció y eso lo convirtió en el desfigurado Pingüino de Ciudad Gótica; hombre y bestia, un conflicto menos maniqueo y más interesante.
La modernización del relato navideño
Aunque la navidad es solamente un fondo para la cinta, de cierta manera el filme de Burton me parece una reinvención del clásico “Cuento de Navidad” de Charles Dickens (ya saben: Scrooge, fantasmas, “Dios los bendiga a todos”) pues los tres villanos de la cinta representan el pasado (Pingüino), el presente (Gatúbela) y el futuro (Max Shreck) de Ciudad Gótica. Oswald se aferra a su pasado e inclusive todo lo que rodea al personaje se siente anticuado, casi de un siglo anterior; Selina Kyle (Gatúbela interpretada por Michelle Pfeiffer) se desprende de su pasado tras su transformación en la vengadora gatuna y busca una satisfacción inmediata: hacer pagar a Shreck por sus crímenes; este último personaje piensa todo el tiempo en su legado, en sus planes a futuro y la trascendencia de su nombre para la Ciudad. Batman se encuentra en el medio de todos ellos tratando de mantener su cordura y salvar a la ciudad en el proceso.
La reflexión de la historia clásica del autor inglés se mantiene en la cinta pues el pasado no puede cambiarse y el futuro no ha sido decidido aún, solo el presente importa y queda demostrado con la supervivencia de Gatúbela y Batman, quienes han hecho, de una u otra manera, las paces con su pasado y se dejan llevar al futuro. Y, me parece, de eso se trata la época navideña, no es sobre los regalos (la película critica un poco la parte capitalista de la fiesta con la escena donde Gatúbela destruye una tienda de regalos, además uno de los villanos es un empresario) sino más bien con reflexionar sobre el año que se termina, sin aferrarse a él y avanzar.
Tal vez “Batman Regresa” no sea una gran película navideña, pero sin duda es la más peculiar de todas.