Uno de los grandes retos del cine es transmitir por medio de elementos audiovisuales conceptos abstractos y difíciles de expresar en palabras. En el bellísimo documental “Todo lo que respira”, los directores de fotografía Ben Bernhard y Riju Das tuvieron la tarea de comunicar a través de imágenes lo hermoso de la vida en todas sus formas, y la cumplieron con excelencia.

En esta entrevista los cinefotógrafos nos cuentan algunas de las dificultades a las que se enfrentaron, cuál fue el enfoque que tuvieron desde un inicio y cómo usaron el poder de la fotografía para mostrar el respeto y amor por la vida de este filme nominado a Mejor Documental en los premios Oscar 2023.

Jorge Espinoza: La película dedica muchas de sus tomas a retratar la belleza de la naturaleza dentro de la ciudad, como los monitos caminando en los cables de electricidad o la primera escena de las ratas en el basurero. ¿Este acercamiento lo tuvieron desde el inicio del proyecto o cómo decidieron que éste sería el camino que tomarían?

Ben Bernhard: Cuando Shaun [el director] se acercó a nosotros, él ya llevaba grabando un tiempo para conseguir financiamiento. Durante ese proceso se dio cuenta de que estaba usando un estilo más verité. Se percató de que esta película necesitaba contar la historia de otra forma para traducir sus ideas sutilmente y no con la urgencia del estilo verité

Se acercó a mí por mi trabajo con Victor Kossakovsky: teníamos un amigo en común que hizo la conexión. Tuvimos muchas pláticas, primero en Skype y luego fui a Delhi para conocerlo y comenzar el proceso de grabación. Primero hablamos un montón y, sorprendentemente, casi no vimos fotos o referencias de películas; discutimos su concepto, de lo que encontró en libros, literatura y demás. 

Él tenía todas esas ideas y ambiciones: estaba interesado en capturar la perdición ecológica que envuelve Delhi, y había visto pájaros cayendo literalmente del cielo. Investigó qué pasaba con ellos y así encontró a los hermanos, pero no quería hacer un retrato de personas buenas, ni un documental de vida salvaje, ni ser político, quería combinarlo todo, y así es como desde el inicio existieron estas capas en la película: es un filme que no trata de contar una historia, sino la historia de todos. Busca alcanzar un tema más grande sobre la coexistencia entre los seres, la interconectividad de todo, de cómo las cosas que hagamos tienen un efecto en otros, de cómo nuestro trato a la vida tiene relación directa con los demás; muestra cómo el cambio climático afecta a la vida no humana y cómo esa vida se adapta. 

Éstas fueron desde el inicio sus ideas y conceptos. Lo primero que tratamos fue encontrar una forma de transmitirlo de manera visual: le llamamos “convertir lo científico en lo poético”. Eso nos trajo a esta conectividad, a varios lugares que no eran los más bonitos, pero en los cuales decidimos no mostrar la belleza, sino la poesía de la coexistencia: tratar de ver cada locación sin una opinión preconcebida, de verla hasta su último rincón como el lugar en el que estas criaturas viven. No queríamos tener un prejuicio al llegar a una locación, así que decidimos no grabar a los animales como humanos, sino hacerlo desde su perspectiva. Tomamos la decisión de usar el punto de vista del personaje que estuviera a cuadro, sin importar si era humano o no, como en la toma de apertura. En cada escena le hicimos honor a la perspectiva de un pequeño mosquito, un pájaro, una persona: los quisimos tratar de la misma manera.

Riju Das: Tuvimos que asegurarnos de la interconectividad de todas las especies, y eso tenía que reflejarse en la grabación también. Teníamos que ver a estas criaturas como individuos, como te veo a ti, a Ben o a mí: todos son individuos, con su ADN y su propia personalidad: Una vez que ves a una hormiga, un mosquito o un pájaro como eso, inmediatamente sabes que tienes que grabarlo de cierta forma y no verlo como lo haría un humano, sino como seres individuales.

all-that-breathes
“All That Breathes” | Cortesía de HBO Max

JE: ¿Cómo fue grabar durante el caos del momento? ¿Qué tanta planeación requirieron las tomas y cuántas fueron pensadas en ese mismo instante?

BB: Grabar animales en espacios abiertos siempre requiere cierta flexibilidad: son animales sin control, entonces muchas veces el resultado evolucionó de estar grabando algo más. Por ejemplo, en la escena del fuego, que es en realidad una celebración pública y no una protesta, había muchas criaturas alrededor que estaban atraídas por la luz y así conseguimos la toma. Teníamos también un grupo de personas que se pasaban por la ciudad buscando animales, que sabían que en este lugar había caballos salvajes, otros regresaban con grabaciones de ratas, o a veces Riju descubría mosquitos en una botella. Entonces allí está la belleza: si estás abierto a lo que la vida te da, tu paciencia y apertura se verán recompensados. Además, una cosa es encontrar qué grabar y otra es ser muy paciente: a veces nos tardábamos muchos días en una toma, hacíamos el mismo movimiento 30 veces y acababa en nada o el protagonista no hacía nada interesante. 

Mucha paciencia significa también mucho material: por suerte tenemos un equipo hábil, no solo en el departamento de fotografía, sino un director muy inteligente y una editora talentosa. Ayudó mucho que Charlotte [Munch Bengtsen], la editora, había sido bailarina, entonces entendió esta idea que teníamos con la cámara de mantener una toma por largo tiempo en lugar de cortar; comprendió que si te tomas el tiempo de transportar a la audiencia de un lugar a otro, la haces entender que lo que ven ocurre en un solo instante: a través una sola toma demuestras que esta unidad retratada es real y que no está construida por nosotros, que todo es una danza que hacemos alrededor de otro. Entonces fuimos muy suertudos de tener una editora bailarina.

RD: Fue un proceso muy espontáneo. Teníamos que asegurarnos de que nuestra visión estaba en el lugar correcto, y de que teníamos nuestro corazón en el lugar correcto. Agradezco mucho a Shaunak por eso, porque en un documental pasa que tiene muchos directores de fotografía, como en éste, y él se aseguró de que durante las grabaciones todos tuviéramos la visión de la película en la mente: de que cualquier cosa que grabáramos, ya fueran humanos, animales o plantas, fueran tratados como iguales. Esa fue la visión de la película, y como fotógrafos debíamos tenerla clara en nuestra mente. Eso nos ayudaba a decidir cómo queríamos grabar, pero todo fue muy espontáneo, no fue como decir “en este momento hacemos tomas de animales y el resto del día a los hermanos”; fue todo muy fluido: mientras filmábamos a los hermanos, nuestra atención se desviaba hacia unos mosquitos y pensábamos “debemos grabarlos a ellos también”. Mientras tuviéramos la visión de la película en mente, cualquier cosa que capturáramos era productiva.

Al mismo tiempo, como unidad eramos muy rigurosos, muy duros con nosotros mismos:  no nos conformamos con algo más o menos bien, teníamos que asegurarnos de que habíamos capturado todo excelente; entonces éramos muy estrictos y dejábamos nuestra cámara por largos momentos, izquierda derecha, izquierda derecha, hasta obtener el momento que queríamos.

all-that-breathes-riju-bernhard
“All That Breathes” | Cortesía de HBO Max

JE: ¿Tienen algún momento favorito en la película?

Riju: Es muy difícil decidir, es que hay muchos. Hay tantas criaturas que se ven, desde pequeñas larvas de mosquito, hasta sapos y caracoles. Hay tantas criaturas, pero creo que la magia estuvo en la experiencia de grabar y conectar con ellas, entonces es difícil decir que una fue mi favorita y el resto no.

Todo fue tan mágico, al menos para mí fue una experiencia esclarecedora: todos hablamos de cambio climático y calentamiento global, de cómo el planeta está siendo afectado y cómo todos deberíamos tratarnos como iguales, seamos mosquitos o humanos, pero verlo pasar frente a tus ojos fue una experiencia especial, en ese sentido fue un aprendizaje.

Probablemente la toma inicial es la que resume la película: comienza con estos edificios donde vive la gente, luego baja, ves carros y un perro, y después baja más y ves las ratas, y al final de la toma yo estaba deseando, casi imaginando, que la cámara fuera más abajo de las ratas, por debajo de la tierra y vieras caracoles, gusanos, serpientes y demás. Creo que esa toma es hermosa, define la película y por eso es la escena de apertura.

“Todo lo que respira” se encuentra disponible en HBO Max y está nominada al Oscar 2023 a Mejor Documental. Ben Bernhard ganó Mejor Fotografía en los Cinema Eye Honors 2023 y junto a Riju Das está nominado al ASC 2023 a Excelencia en Fotografía de Documental.