El término “One Army Man” podría ser traducido como un ejército de un solo hombre y es un tropo usado, principalmente, en el cine de acción; consiste en cintas protagonizadas por un hombre o mujer bien entrenado en combate y uso de cualquier tipo de armamento, conocimientos que usa para derrotar a una gran cantidad de enemigos y salvar el día. Este estereotipo lleva mucho tiempo insertado dentro de la cultura popular y lo hemos visto en cintas como “Rambo”, “Kill Bill”, “Léon: The Professional”; en años más recientes ha cobrado una mayor relevancia mediática gracias a la saga de John Wick, la cual ha generado una ola de filmes con una temática similar (un asesino/espía/ex agente de organización gubernamental debe regresar a realizar aquello para lo cual fue entrenado) gozando de gran popularidad entre las audiencias debido a sus historias directas, simples pero efectivas, y al cuidado puesto a las secuencias de pelea, las cuales se han destacado por estar realizadas a través de complejos planos secuencia, rompiendo con el molde hollywoodense de construir la acción mediante el proceso de edición, de esta manera los cineastas crean una experiencia mucho más inmersiva para el espectador . 

Sumándose a esta nueva generación de películas de acción llega a Star+ “The Princess”, protagonizada por Joey King (“El Stand de los Besos”), Dominic Cooper (“Capitán América: El Primer Vengador”) y Olga Kurylenko (“Black Widow”), una genérica cinta de acción medieval llena de peleas, sangre y espadas.

Dirigida por Le-Van Kiet (“Furie”), “La Princesa” nos introduce a su protagonista (King), la cual no tiene nombre y solamente es llamada Princesa por el resto de los personajes, una joven que rechaza casarse con Julius (Cooper), el hombre seleccionado por su padre para desposarla, pues desea convertirse en una guerrera y así defender el reino ella sola. Colérico ante la negativa de la princesa, Julius invade el reino con su ejército comandado por su lugarteniente Moira (Kurylenko), y encierra a la chica en la torre más alta del castillo con la esperanza de forzar el casamiento. Sin embargo, La Princesa logra escapar de sus captores gracias a su entrenamiento en combate y manejo de armas; ya libre, su misión es derrotar a todos los enemigos de la torre, piso por piso, para poder llegar hasta donde se encuentra su familia, liberarlos y detener a su prometido.

La película es, básicamente, “Enredados” conoce a “John Wick” conoce a “Duro de Matar” pues la torre en donde está encerrada la protagonista se asemeja al edificio Nakatomi de la cinta protagonizada por Bruce Willis, sin embargo el espectador puede llegar a confundirse pues no se le dan detalles de la torre: ni su altura, cuántos pisos tiene o dónde exactamente se encuentra la protagonista de la historia. Solamente nos dedicamos a verla recorrer pasillos, corredores y salones inmensos en una especie de trama parecida a un videojuego pues, desde que consigue liberarse, va pasando de lugar en lugar enfrentando enemigos anónimos y sin personalidad, cada uno más fuerte o con un diseño más imponente al anterior, para derrotarlo y pasar al siguiente escenario o “nivel” en donde puede encontrar un arma nueva, algún aliado o pasadizo para pasar inadvertida.

En ese sentido la actuación de Joey King está a la altura de lo requerido por su personaje pues entrega un papel bastante demandante en lo físico: la vemos dar golpes, volteretas, escalar, pelear con espada, ballestas, palos y cuanta cosa se le pone enfrente. La joven hace un buen trabajo pese a lo superficial de sus motivaciones ya que jamás llegamos a entender de dónde salieron estas ganas por convertirse en una guerrera; el pasado del personaje se muestra en convenientes flashbacks que constan solamente de montajes de entrenamiento carentes de explicaciones sobre la figura de esta princesa.  Dominic Cooper y Olga Kurylenko, por otra parte, están demasiado exagerados y carecen de motivaciones reales: son completamente unidimensionales, son malos porque sí y hacen las cosas por hacerlas. 

El guion de “La Princesa”, escrito por Ben Lustig y Jake Thornton, es bastante flojo. Además de motivaciones débiles o inexistentes de los personajes, pretende abordar temas como la identidad, el ser uno mismo y la libertad de elegir, pero lo hace de manera superficial, tratando de dar lecciones ya vistas en otras cintas con tintes similares (“Valiente” de Pixar es un buen ejemplo) terminando por convertirse en un producto predecible y con un final bastante meloso.

La acción de la cinta es entretenida pero se vuelve confusa debido a la edición convulsiva. Al parecer, el editor Alex Fenn cree que más cortes en una escena de pelea se traducen en dinamismo, sin embargo el filme tiene  dos o tres planos secuencia bastante destacados, sobre todo al inicio. El score del filme, compuesto por Natalie Holt, combina música medieval y sintetizadores para brindarle una a identidad única a la atmósfera de la película.

“La Princesa” es una película derivativa del cine de acción moderno que no propone nada nuevo, ni en sus formas ni temas centrales, al género, pero es capaz de brindar un rato entretenido si uno apaga su cerebro y trata de disfrutar de las escenas de pelea y el score sin prestarle mayor atención a una historia, que si bien es simple, ya la hemos visto contada de mejores maneras.  

“La Princesa” ya está disponible en Star+.