Por Jorge Espinoza Lasso. ¿Les ha pasado que cuando tienen un sueño muy vívido todo en él parece tener sentido pese a que, en realidad, no lo tiene? Cada acontecimiento extraño y misterioso parece ser lógico mientras dormimos, y no es hasta que despertamos que nos empezamos a preguntar qué estaba pasando. “Memoria”, del director tailandés Apichatpong Weerasethakul es algo muy similar a eso: un sueño audiovisual que se tiene que experimentar y sentir más que razonar.
Tilda Swinton (quien también es productora ejecutiva del filme) interpreta a Jessica, una mujer que viaja de Medellín a Bogotá a visitar a su hermana (Agnes Brekke), que se encuentra en el hospital. Ni bien llega, un día mientras duerme, un sonido misterioso la despierta. Obsesionada con este ruido que sólo ella escucha, acude con un ingeniero de audio, Hernán (Juan Pablo Urrego), para encontrar el origen de este misterioso y atrapante sonido.
Lo escrito arriba es la mejor manera de describir “Memoria” sin arruinar sus múltiples sorpresas. A medida que la trama avanza, el director nos va revelando poco a poco más misterios, que levantan más preguntas que respuestas. Las subtramas y secuencias aparentemente desconectadas una de otra construyen a un tema más grande que, en parte, es revelado en un sorprendente e inesperado final que dejará a más de un espectador confundido.
La presencia de la propia Tilda Swinton ya le da un tono particular a la película, pues es extraño verla caminando por las calles de Colombia sin que nadie se sorprenda o la regrese a ver. Sus interacciones en español con el resto de personajes es incómoda, pero más incómodo es ver la total naturalidad con la que todos actúan al tenerlas. Este sentimiento de que todo fluye con normalidad pero hay algo fuera de lugar (como funcionan los sueños) permea en toda la película.
Esta es una de las piezas más accesibles de Apichatpong Weerasethakul (algunas de sus otras obras están disponibles en MUBI), quien trabaja sus películas con planos largos y con muy pocos cortes. Parece que el director trata intencionalmente de sumir al espectador en una especie de letargo, mismo que es interrumpido por el ya mencionado sonido, que funciona como una especie de “jump scare” para el personaje y para la audiencia.
Los recuerdos, la memoria que da título a la película, a la larga se vuelven algo muy similar a los sueños: cada quien los recuerda de forma diferente y conforme pasa el tiempo más se van deformando. En “Memoria” todos los personajes están conectados de una forma u otra con los recuerdos, con el preservar algo perdido: la hermana que parece olvidarlo todo a partir de su accidente; una arqueóloga con la que se hace amiga el personaje de Swinton, que está fascinada con el hallazgo de nuevos restos en un lugar inesperado; Hernán, que recrea sonidos a partir de otros sonidos, y cuya aparición al final del filme resulta en la porción más interesante y confusa de la película.
Tras ver “Memoria” me quedan muchas dudas sin responder, demasiados misterios que me parece que jamás resolveré; sin embargo, si bien no es una experiencia fácil de asimilar, es una que hace pensar mucho al espectador, que invita a la reflexión y a la exploración de nuevas ideas, y eso en el cine es algo que siempre se aprecia.
“Memoria” obtuvo el premio del Jurado en Cannes 2021, formó parte de la 70 Muestra Internacional de Cine en la Cineteca Nacional y llegará a MUBI en 2022.