El término whodunit es una contracción del inglés who has done it? Y se refiere a libros o películas en los cuales el lector o espectador no sabe quién ha cometido un crimen (asesinato la mayor parte del tiempo) y los personajes tratan de ir descubriendo por medio de pistas la identidad del perpetrador. El género ha estado presente desde las novelas policiacas de los años 30 y cuarenta hasta nuestros días en cintas como “Knives Out” de Rian Johnson o “Mira cómo corren”; muchas de estas películas siempre tienen los mismos elementos: el crimen, el personaje inocente, el detective y su asistente, además de estar enmarcadas en contextos o periodos de tiempo muy específicos. Contraria a esta tendencia, la directora Halina Reijin nos trae un whodunit moderno con bastante personalidad en su nuevo largometraje “Muerte Muerte Muerte”.
Sophie (Amandla Stenberg) está intentando rehacer su vida después de haber pasado un tiempo en rehabilitación, ahora junto con su nueva novia (María Bakalova), decide asistir a una fiesta de huracán (literalmente una fiesta mientras pasa el huracán) con sus mejores amigos de toda la vida en una mansión remota. Al llegar son recibidas con recelo pues sus amigos se sienten traicionados después de que Sophie limitó el contacto con ellos por su propia salud mental. Conforme avanza la fiesta, los jóvenes veinteañeros deciden sacarse las tensiones con un juego llamado bodies bodies bodies en el cual uno de ellos es un asesino y los demás deben desenmascararlo, sin embargo, la noche se torna más interesante cuando uno de ellos aparece muerto de verdad y el juego pasa a convertirse en una realidad peligrosa y aterradora.
El inteligente guion de Sarah DeLappe y Kristen Roupenian emplea el primer acto de la cinta para introducir a todos estos personajes, brindarles una personalidad única, exagerada y dramática a partir del diálogo para darles la libertad de correr, gritar, reír, llorar y hacer estupideces dentro de esta gigantesca casa durante los siguientes dos actos. Las guionistas construyen a sus personajes como reflejos de distintos estereotipos de la Generación Z y los dotan de recursos verosímiles para desarrollar situaciones que van escalando en su intensidad hasta llegar a las últimas consecuencias. Ese espejo planteado desde el guion muestra sin tapujos lo bueno y lo malo de la juventud: desde la preocupación por la salud mental y el amor propio hasta todas las locuras que podemos encontrar en Internet. De esta forma, DeLappe y Roupenian configuran no solo un whodunit interesante y moderno sino también una sátira tanto del género como de la sociedad actual.
Los personajes tienen vida gracias a las interpretaciones de todo este fantástico elenco encabezado por Amandla Stenberg (“Dear Evan Hansen”), Maria Bakalova (“Borat Subsequent Moviefilm”) y Rachael Sennott (“Shiva Baby”). Todas dan actuaciones maravillosas y excéntricas al presentarnos a este grupo de jóvenes ricas, mimadas y fiesteras; en ese sentido, uno termina odiando a los personajes, pero esto es parte del guion pues las escritoras no los crearon para agradarnos. En ellos ponen muchos de nuestros defectos y virtudes para sentirnos identificados y después matarlos uno por uno sin piedad para demostrar lo exagerados y paranoicos que podemos llegar a ser en situaciones como estas donde la razón se hace a un lado a favor del instinto de supervivencia
La dirección de Halina Reijin toma todos los elementos caóticos de los personajes y los traslada al lenguaje cinematográfico empleando una cámara en constante movimiento que nos mantiene en la incertidumbre la mayor parte del tiempo a través de la inteligente utilización de las luces de los celulares de las protagonistas como única fuente de iluminación. Esto también es un excelente recurso metaficcional pues estas luces se asemejan a reflectores y son colocadas de manera agresiva sobre los rostros de las actrices para darles el foco de atención en ciertas situaciones creadas a partir de sus experiencias personales, mismas que muestran sus personalidades berrinchudas, malcriadas y egoístas. Además, Reijin jamás se va por las respuestas obvias en torno a la identidad del asesino y se va deshaciendo de los personajes inmediatamente después de plantearnos la sospecha sobre su culpabilidad. Y todo esto mientras exhibe el escondite de cada una de estas personas para complicar nuestra tarea de resolver el misterio.
“Muerte Muerte Muerte” es una sátira inteligente envuelta dentro de un whodunit con bastante personalidad y energía en donde podemos ver reflejada a la sociedad moderna, su paranoia, la adicción a las redes sociales, el drama adolescente y el egoísmo. Jugando entre el terror y la comedia, Reijin presenta una cinta divertida y claustrofóbica cuyas respuestas jamás vemos venir, pero sí que nos sacan una buena carcajada.
“Muerte Muerte Muerte” o “Bodies Bodies Bodies” ya se encuentra disponible en cines. Imagen de portada cortesía de A24.