“My Broken Mariko”, adaptación live action del popular web manga de Waka Hirako, es un pequeño y melancólico tesoro sobre duelo, dirigido hábilmente por Yuki Tanada.
La historia comienza cuando, durante su hora del almuerzo, Tomoyo Shiino (Mei Nagano) se entera del suicidio de Mariko (Nao Honda), su mejor amiga desde la infancia. Es así que Tomoyo comienza a recordar momentos relevantes de su amistad con Mariko, intentando hacer sentido de su partida. Y es a través de estos flashbacks que comprendemos la raíz de la atormentada vida de Mariko: un padre golpeador y violador. Cuando Tomoyo se entera de que ese mismo hombre tiene las cenizas de Mariko, utiliza su ira y un cuchillo para confrontar al inhumano ser y llevarse los restos de su querida amiga a un viaje rumbo al mar.
A través de mensajes de texto y cartas que intercambiaron a lo largo de los años, Tomoyo intenta rescatar y aferrarse a la memoria de Mariko; quiere recordar a su amiga en su totalidad y lucha contra toda noción de dejarla ir, de olvidar sus facciones, su sonrisa, su vida. Asimismo, a través de la reminiscencia, Tomoyo busca comprender qué pudo haber hecho mejor para prevenir la tragedia; la joven está abrumada por el dolor y la culpa, pues siente que nunca fue capaz de conectar con Mariko lo suficiente para aliviar su sufrimiento. “Estoy rota”, decía Mariko tras ser objeto de más golpizas como consecuencia de relaciones abusivas.
En el rol protagónico, Mei Nagano es una soberbia fuerza conductora que balancea la línea entre sutileza y explosividad; es capaz de romperte el corazón con apenas un susurro y, en un abrir y cerrar de ojos, explotar en incontrolables gritos de desahogo, producto del duelo. Es curioso que este balance actoral sea similar al que demostró el año pasado en “Office Royale” (también selección de Fantasia), película de comedia y acción que no podría ser más distinta a “My Broken Mariko” pero que deja en claro su enorme talento y capacidad de adaptabilidad.
Nagano evoca dulzura, dolor, fragilidad e incluso una pizca de comicidad con tremenda fluidez para cargar con el peso de esta melancólica historia y llevarla siempre por buen rumbo. Y como Mariko, Nao Honda hace lo propio en las escenas de flashbacks, exhibiendo una resignación profundamente triste.
La directora Yuki Tanada mantiene siempre firme el agarre en el volante de “My Broken Mariko”; su manejo del ritmo es excelente y gracias a su capacidad para evitar clichés, y tanto drásticos cambios tonales como melodrama excesivo, la película conserva un aire de ligereza y cariño que te invita a tomar a Tomoyo de la mano y acompañarla en su duelo, sin importar lo doloroso que este sea.
Mientras en occidente existe temor cada vez que Hollywood decide crear adaptaciones live action de amadas propiedades, en Japón esto no parece ser un problema. “Tokyo Revengers”, “The Mole Song”, “Kakegurui”, “Rurouni Kenshin” y “Assassination Classroom” son ejemplos de exitosas adaptaciones cinematográficas de manga. Y “My Broken Mariko” se suma a esta lista: con una gigantesca actuación de Nagano, Yuki Tanada ha creado una obra memorable, hermosa y melancólica que trata un tema delicado con gran sensibilidad.
“My Broken Mariko” formó parte de Fantasia Fest 2022.
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