El principio del fin para una de las franquicias cinematográficas más longevas, alocadas y extravagantes ha llegado con Rápidos y furiosos X, cinta dirigida por Louis Leterrier, que pese a tener uno de los villanos más interesantes y divertidos de toda la saga, es un producto apenas funcional debido al deficiente manejo de los efectos visuales y el pobre tratamiento narrativo y temático.
Revive la franquicia entera en nuestro repaso por las películas de Rápidos y Furosos
¿Se acuerdan de Fast Five? ¿Cuándo Dominic Toretto y su equipo se enfrentan y le roban todo su dinero a Hernán Reyes, el narcotraficante que controlaba a Río de Janeiro? Han pasado 10 años desde aquel entonces y cuando parece que todo ese evento quedó en el pasado, surge de las cenizas de rencor Dante Reyes (Jason Momoa), el hijo de Hernán, quien estuvo presente en el robo a la bóveda. Dante busca desesperadamente acabar con Dominic (Vin Diesel) y toda su familia a como dé lugar, no importa si tiene que lanzar una bomba por Roma o estrellar dos camiones en lo alto de una presa.
En este punto, es claro que el universo de Rápidos y furiosos está en contra de toda lógica; esa ha sido su personalidad desde la cuarta película y sin duda ha generado mucha diversión (y muchas críticas negativas), sin embargo, la falta de lógica no está peleada con el correcto e interesante armado narrativo, que guste o no, las anteriores propuestas procuraban tener. En esta décima parte no hay un conflicto relacionado con evitar la destrucción del mundo, sino uno que radica en temas familiares y por ende los diálogos y los momentos de tensión deberían sentirse más emocionantes, pero lamentablemente caen en la autoparodia, además que son visualmente decepcionantes y nada emocionales; la película maneja algunos decesos sin generarle suspenso ni emoción al espectador, algo que sí sucedía en anteriores entregas, sin importar si volverían, o no, esos personajes.
Por otro lado, la saga tampoco se ha caracterizado por plantear personajes profundos, pero sí por encontrarles armonía y funcionalidad, sobre todo a los nuevos, dentro de la narrativa, pero aquí tampoco existe eso: Brie Larson (“Captain Marvel”) interpreta a Tess, la hija del Sr. Don Nadie (interpretado previamente por Kurt Russell), quien no funge ni como provocadora ni solucionadora de problemas, lo que la vuelve reemplazable; Daniela Melchior (“Guardianes de la Galaxia Vol. 3”) se une al universo para encarnar a Isabel, la hermana de la difunta Elena, pero solo funciona como un gancho emocional con Brasil.
Otro de los puntos que habían sorprendido a lo largo de las propuestas de esta saga era la impecable hechura de los momentos de acción a través de la minuciosa utilización de efectos prácticos y pocos efectos visuales. Es una pena que Rápidos y furiosos X, con un presupuesto de 340 millones de dólares (lo que la coloca en el top 10 de las películas más caras de la historia) haya abusado de la utilización de efectos visuales, los cuales se ven de muy mala calidad y por ende ahuyentan al espectador de la experiencia en pantalla, en vez de seguir explotando los efectos prácticos que habían regalado secuencias totalmente irreales, pero ultradivertidas y memorables.
Lo más resaltable de la película es el antagonista interpretado por Jason Momoa (“Dune”). El actor originario de Honolulu le da vida a Dante Reyes, un villano que además de estar deseoso de venganza y lleno de rencor, tiene una personalidad ajena a cualquier otro antagonista visto anteriormente, y que rompe estereotipos gracias a su androginia, ya que además de poseer gran fuerza física y un cuerpo musculoso, es excéntrico en su vestir y equilibra su comportamiento entre lo femenino y lo masculino. Dante es divertido, peligroso, sarcástico, escandaloso, colorido, con un nombre referencial y que explora una masculinidad diversa.
Pese a sus falla narrativas, la película no flaquea en el apartado del humor gracias al trabajo de actores como John Cena y Tyrese Gibson. Además, tenemos atractivas coreografías de peleas que llenan el ojo por su ingenio, en especial la estelarizada por Charlize Theron y Michelle Rodriguez, así como la de John Cena y Jordana Brewster. La fórmula está medida y es aplicada con efectividad.
Rápidos y furiosos X carece de identidad, sobre todo por su atormentado manejo del tema de la familia, así como por su sobreutilización de efectos visuales, que además son de baja calidad, pese al gran presupuesto del filme. Sin embargo, es un entretenido producto y seguro complacerá a los fanáticos de la franquicia por continuar con la energía de la saga.
“Rápidos y furiosos X” ya está disponible en cines.