En The Eternal Memory, o La memoria infinita, el nuevo documental de Maite Alberdi (El agente topo), hay un concepto muy interesante: la memoria emocional. Esto no es algo nuevo en la filmografía de la directora chilena, quien siempre ha apelado a la emoción, a conmover a la audiencia hasta las lágrimas, para transmitir mensajes importantísimos sobre la empatía e inclusión. Sin embargo, en este nuevo documental Maite lleva la exploración de esta idea a un nivel mucho más profundo que dejará a más de uno con el corazón sobrecogido.

Esta película cuenta la historia del matrimonio conformado por la actriz Paulina Urrutia y el periodista Augusto Góngora. Él tiene Alzheimer y ella se esfuerza cada día por ayudarlo a recordar, en una lucha contra el tiempo y el deterioro para que él no se olvide de ella.

La directora nos muestra los años más recientes de la relación de la pareja, incluyendo el periodo en el que estuvieron confinados por la pandemia por COVID-19. Esto es acompañado por material de archivo de su relación a lo largo de las décadas y también de sus carreras; sin embargo, la mayoría de la película se enfoca en lo más inmediato y en el día a día de la pareja mientras el deterioro de Góngora avanza. 

El material más fascinante es el que es grabado por la propia Paulina durante la cuarentena: tomas desenfocadas, movidas e improvisadas, pero llenas de intimidad y poder emocional. Dicen que cuando dos personas se aman se crea un nuevo lenguaje, una forma de entender y comunicarse única, y estas grabaciones caseras nos abren la puerta a esa conexión verdadera que comparte esta pareja. La película nos hace testigos de algo que pocas veces podemos experimentar a cámara: el amor sin filtros, con todos sus altibajos e intensidad.

Muchos documentales ya han tratado el tema de la pérdida de memoria: Wisdom Gone Wild, I Lost My Mom, No son horas de olvidar e incluso (en un grado menor) el anterior trabajo de Maite Alberdi, El agente topo son algunos ejemplos. Sin embargo, en La memoria infinita Maite no se limita a explorar el avance del Alzheimer en Augusto, sino que además hace una conexión sumamente interesante entre su trabajo como preservador de hechos, de la historia chilena y la desaparición de ese acervo de recuerdos, no solo en él, sino en todo el país.

Esto se muestra tanto de formas notorias como más sutiles. Los clips en los que se explica todo lo que él ha cubierto a lo largo de los años y los cambios sociales por los que ha luchado, sobre todo durante la dictadura de Pinochet, nos muestran todos esos ideales y dolor que ahora él y Chile están olvidando. Esas vivencias que son fundamentales para entender el porqué ese periodo fue tan terrible poco a poco se desvanecen, se quedan en los libros como estadísticas, cuando fueron acontecimientos de mucho sufrimiento. Elementos como la presencia casi imperceptible del cartel de la campaña del NO, que acabó con la dictadura de Pinochet, enmarcado en la casa de Augusto y Paulina acentúan este mensaje de que esta historia no es solo sobre este matrimonio, es sobre todo Chile.

Es en este punto de La memoria infinita donde emoción e intelecto se conjugan para construir reflexiones importantes a partir de la empatía. Muchas veces nos gusta ver el pasado y los hechos de forma fría, calculada, objetiva, pero los seres humanos nos movemos por los sentimientos y es a través de ellos que entendemos el mundo. Maite Alberdi entiende esto muy bien y usa sus trabajos para generar consciencia a partir del corazón, no a pesar de ellos. Usa el cine para que el espectador se vea reflejado en el otro, en este caso, en un matrimonio que lucha contra el olvido. Desde los primeros segundos Maite nos invita a preguntarnos: ¿qué harías si un día te olvidaras de lo que amas? Esa pregunta, conforme avanza la película, se torna más grande: ¿qué pasaría si todos se olvidaran de lo que amas? El material de archivo no es solo contextual, es evidencia de lo que ocurrió y de todo lo que esta pareja hizo para hacer un Chile mejor, no es coincidencia que se mencione el periodo de Pinochet o que se muestre la carrera de Paulina en la política. La cinta nos invita, a través de entender y querer a estas personas, a preservar su legado.

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“La memoria infinita” | Cortesía de MTV Documentary Films

El documental fluye de manera tan orgánica que a veces es fácil olvidar la gran labor de edición que hay detrás de reconstruir toda una relación en menos de hora y media. La editora Carolina Siraqyan, quien ya trabajó con Maite en El agente topo, vuelve a darnos un trabajo espectacular en el cual selecciona e hila con sutileza años de trabajo de tal forma que la historia se desenvuelve con completa naturalidad frente a nuestros ojos. Sin embargo, nada es al azar, cada momento no sólo profundiza en la ternura de la relación de Paulina y Augusto, sino que hay una constante presencia de la memoria y cómo la preservamos: desde una obra de Paulina hasta la afición de Augusto por sus libros. Todo el tiempo se nos está mostrando, ya sea de forma directa o indirecta, lo importante que es conservar los recuerdos, ya sea mediante el periodismo o la cultura. En cierta medida, el propio documental cumple esta función de preservar la realidad a través del arte.

La memoria infinita es otro gran filme de Maite Alberdi, quien usa una vez más las emociones para mostrarnos la importancia de la empatía al momento de tratar temas sociales. Logra con éxito convertir una conmovedora historia de amor en el retrato de todo un país de forma sutil y poderosa. Sin lugar a duda, por su gran valor temático y artístico, esta es una de las mejores películas del año.

“The Eternal Memory” o “La memoria infinita” ganó el Gran Premio del Jurado en Sundance 2023. Es distribuido por MTV Documentary Films y se estrenará en cines de Nueva York el 11 de agosto, y en Los Angeles y San Francisco el 18 de agosto.