“Una película de policías” abre con una escena irreal que cualquier habitante de México podría reconocer como muy real. Una familia lleva esperando dos horas una ambulancia porque una mujer está por dar a luz. Como no llega, una policía en la escena se ve obligada a ponerse unos guantes (que ella compró con su dinero) para hacerla de partera. El proceso es todo un éxito y la ambulancia finalmente llega, ya cuando nadie la necesita. Eso sí, los paramédicos quieren llevarse la placenta por las molestias de haber conducido hasta ahí.
Con esta surreal pero verídica introducción, Alonso Ruizpalacios nos muestra un microcosmos de su excepcional híbrido de ficción y documental. Es un día más en la vida de Teresa, una policía intentando hacer un trabajo honesto a pesar de las ridículas condiciones laborales a su alrededor.
Utilizando tonos satíricos y acompañado de narraciones, “Una película de policías” nos muestra la vida, motivaciones y labores de dos policías: Teresa y Montoya, interpretados por Mónica del Carmen (“Asfixia”) y Raúl Briones (“Te llevo conmigo”) respectivamente. Sin embargo, no estamos ante simples actores siguiendo un guion y recreando escenas, pues de repente Ruizpalacios le quita el velo al filme para revelar completamente su naturaleza documental.
Así, la sátira comienza a adquirir tintes más serios. Ruizpalacios les da la oportunidad a Del Carmen y Briones de expresar sus emociones con respecto a la temática del filme y su preparación actoral. Estas reflexiones indagan en el significado y las ideas que tenemos como civiles con respecto a la palabra ‘policía’; la sinceridad y repudio de Briones dan pie a cuestionamientos sobre confianza, mientras que revelaciones sobre la pírrica preparación en la Academia de Policías comienzan a sembrar entendimiento. Mejor aún son las secuencias de entrenamiento de tiro y pequeñas entrevistas a policías mientras patrullan. “A nadie le interesa si un policía se muere”, dice uno de ellos. Este tipo de testimonios te obligan a ver al policía bajo un punto de vista diferente.
Ganador del Oso de Plata por Excelencia Artística en Berlinale 2021, el editor Yibrán Asuad es central en la exitosa ejecución del filme, pues cuidadosamente entreteje las escenas de ficción con las entrevistas proporcionadas por la Teresa y Montoya de carne y hueso, paulatinamente revelando pistas sobre la propuesta híbrida del guion. La música de Joe Rodríguez es un acompañante de lujo; sus composiciones juguetean con la intensidad y la comedia del filme para potenciar emociones.
“Una película de policías” nunca es una apología a las cuestionables conductas policiales, más bien crea un retrato dinámico, íntimo y muy humano sobre los obstáculos, fomentados por la profunda cultura de corrupción, que enfrenta el policía para hacer su trabajo con rectitud. A través de un uso excepcional de la no ficción creativa, Ruizpalacios orgánicamente explora las motivaciones y necesidades del policía, provee explicaciones sobre la burocracia, las insostenibles condiciones de trabajo y la cultura poco ética en el sistema que orillan a un policía a aceptar un soborno.
Con apoyo de una inesperada historia de amor, inteligentes decisiones de dirección y a la empatía como principal herramienta, “Una película de policías” entretiene, informa y te obliga a reflexionar sobre la corrupción de nuestros sistemas y cómo estos son capaces de romper a personas con las más honestas intenciones.
“Una película de policías” formó parte de la programación del Festival Internacional de Cine de Chicago 2021 y se estrena en Netflix el 5 de noviembre.