M. Night Shyamalan es un jugador que rara vez se va ponchado sin batear, y eso se agradece. Sus películas pueden llegar a ser ridículas y hasta desastrosas pero por lo menos son creativas y arriesgadas; aunque a veces abanica estrepitosamente, su cine intenta escapar del molde tradicional del thriller hollywoodense. Afortunadamente, su nueva producción “Llaman a la puerta” (Knock at the Cabin) no es un strike, sino un batazo, y qué tan lejos llegue la pelota probablemente dependa de tu gusto por su estilo.
Eric (Jonathan Groff), Andrew (Ben Aldridge) y su hija Wen (Kristen Cui) están de vacaciones en una remota cabaña cuando cuatro extraños (Dave Bautista, Nikki Amuka-Bird, Rupert Grint y Abby Quinn) aparecen en su puerta. Con una extraña mezcla de agresión y amabilidad, el cuarteto logra entrar a la cabaña y someter a la familia para explicarles el propósito de su invasión: están aquí para prevenir el apocalipsis, y la única manera de lograrlo es que la amorosa familia sacrifique a uno de sus miembros.
Como muchas otras películas de Shyamalan, “Llaman a la puerta” propone una premisa extravagante, la coloca en un escenario íntimo y la lleva hasta sus últimas consecuencias. Pero, a diferencia de sus otros proyectos, este filme apocalíptico de terror psicológico nunca se sale de los rieles.
El director establece y mantiene una atmósfera de tensión, desesperación e incertidumbre en donde existe un fascinante elemento moral: ¿sacrificarías a alguien que amas para evitar una tragedia aún más grande? Lo que inicialmente parece una locura, poco a poco comienza a adquirir tintes de verdad… o ¿nos está manipulando Shyamalan para creerle a los misteriosos invasores? La película mantiene tu atención porque te hace cuestionar constantemente si la brutal propuesta de los cuatro extraños es real o una desquiciada invención motivada por homofobia. El score de Herdís Stefánsdóttir y la fotografía de Jarin Blaschke, siempre dinámica e impredecible, ayudan a generar claustrofobia y mantener la intensidad.
El casting de Dave Bautista (“Glass Onion: A Knives Out Mystery”) como Leonard, líder de los invasores, es brillante, pues el fortachón actor posee la mezcla idónea de proeza actoral, calidez emocional e intimidante carácter físico para sacar adelante un personaje mucho más complejo de lo que parece: Leonard es un ser vulnerable que utiliza la paciencia como su principal arma porque comprende la brutalidad de lo que está pidiendo; por momentos parece desquiciado pero en realidad está determinado y desesperado por hacer que la familia comprenda su misión. Es otro magnífico trabajo de Bautista.
Aunque cumple lo prometido y entrega una experiencia intensa y entretenida, “Llaman a la puerta” tiene problemas creando emoción potente o duradera en su tercer acto porque su guion, adaptado de la novela “The Cabin at the End of the World”, explora de manera un tanto superficial los temas filosóficos, sociopolíticos y hasta ambientales que plantea. Asimismo, no podemos pasar de largo una ridícula escena involucrando un baño, la dirección irregular de los noticieros en pantalla y la descarada exposición en el tercer acto; son momentos que te sacan momentáneamente de la película pero no lo suficiente para arruinarla.
La buena noticia es que, si te atrapó la premisa, la carencia de profundidad narrativa no detiene la diversión en “Llaman a la puerta”, una película que, además de proveer grandes dosis de estrés y entretenimiento, te obliga a cuestionar lo que harías en una situación así. La ausencia de giros descarados o violencia gratuita (muchas veces presentes en películas de Shyamalan) juegan a favor de una historia elevada por una destacada dirección y el comprometido trabajo del elenco entero.
“Llaman a la puerta” o “Knock at the Cabin” ya se encuentra disponible en cines. Foto de portada cortesía de Universal Pictures.